No hace muchos años que en una charla con amigos o familiares donde se mencionara el dinero salía la pregunta: “¿Tú inviertes o no?”. Y lo raro para mucha gente fue que la respuesta fuera “sí”, como si el hecho de invertir fuera algo de “otro mundo”, ajeno a las economías familiares o algo del día a dia.
Sin embargo, también es cierto, que hasta no hace mucho, la inmensa mayoría de nuestra sociedad no sentía la necesidad de invertir, y se enfocaba casi exclusivamente en trabajar, recibir un salario (previo pago de impuestos), gastar (pagando impuestos) y lo que pudiera quedar a final de mes se quedaba en la clásica cuenta corriente del banco de toda la vida. A lo mucho, una parte de ese dinero que estaba en el banco lo destinábamos a comprar un poco de un fondo de inversión normalmente de Renta Fija, anteponiendo seguridad a rentabilidad, y para aquellos que fueran algo más atrevidos, compraban las clásicas acciones del banco donde tenían domiciliada la nómina, más que nada porque el director del banco (conocido de “toda la vida”), había dicho que “desde arriba” le dijeran que era el momento de comprar… Lo curioso es que en la actualidad algunos se siguen preguntando por qué bajaba el precio de aquellas acciones, justamente tras comprarlas. Pero en fin, allí quedaban esas pocas acciones, junto con algo de un fondo de inversión que nada rentaba y el resto en la cuenta corriente.
Esto, a grandes rasgos, es lo que nuestra sociedad hasta hace poco tiempo, tenia de acercamiento al mundo de la inversión, es decir, prácticamente nada. Casi se podía comparar con el acercamiento que tienen entre sí los principales lideres políticos en el Congreso. Sin embargo, mirando de manera neutral, hasta se podía llegar a entender “en cierta parte” que el no tener tus ahorros invertidos, no perjudicara en gran medida a tu nivel de riqueza, cierto es que tampoco te beneficias de los grandes beneficios del mundo de la inversión. Y comento que apenas uno se perjudicaba, ya que la inflación en los últimos años rondaba niveles inferiores al 2%, lo cual quería decir, que el precio de la “cesta de la compra” apenas subía año tras año, aunque se nota, el incremento del coste de la vida era prudente, lento y de alguna forma, asimilable por la inmensa parte de nuestra sociedad.
El problema llegó hace ahora algo más de 1 año, por la primavera de 2021, empezaron a aparecer ciertas noticias (por aquel momento ajenas al interés general como es de esperar) que indicaban ciertos problemas de stock de mercancías, ciertas ideas de limitaciones o posibles apagones eléctricos, desabastecimiento de microchips necesarios en diversas industrias, bloqueo de contenedores en China, etc… Todo ello, unido a la gran cantidad de dinero inyectado por parte de los Bancos Centrales desde la pandemia de la Covid-19.
Esto fue el cúmulo de acontecimientos reales que inició la escalada de precios, y que se reforzó de forma adicional pero nunca condicionante de la Guerra entre Rusia y Ucrania como así quisieron excusarse gran parte de líderes políticos que todos conocemos. Este hecho, supuso llevar la inflación (IPC) a más del 10% en España y cerca de los 2 dígitos en gran parte de los países europeos. Algo que implica no sólo el alto coste de la vida y la pérdida de poder adquisitivo, sino también que nuestro dinero, nuestros ahorros que tanto esfuerzo ha supuesto generar, pagar impuestos y ahorrar de forma neta, ahora se están “quemando” a una alta velocidad cercana al 10% cada año. Esto quiere decir que toda persona que lleve ahorrado supongamos 30 años de su vida, de seguir está situación económica sin reaccionar a ella, perderá en los próximos 5 años, la mitad de todo el ahorro de su vida. ¡ESTO ES ALGO TERRORÍFICO, PERO A LA VEZ REAL Y QUE YA TENEMOS AQUÍ!
¿Cómo solucionamos esto y qué medios tenemos a nuestro alcance para luchar contra la inflación?
Lo primero que debemos saber es que no hacer nada implica algo: ¡Empobrecernos a gran velocidad! Ya no es válido el no invertir, ya no vale dejar nuestro dinero en cuentas corrientes o fijado en productos que apenas aportan un mísero 1% a nuestro dinero, pues si la inflación se sitúa al 10% ello implica que te estarás empobreciendo a una velocidad del 9% anual. Necesitamos ganar a la inflación, necesitamos conseguir que la rentabilidad que obtengamos a nuestros ahorros sea igual o superior a ese 10%, para en el peor de los casos mantener nuestro nivel de riqueza.
Por ello, debemos ya entender que pasamos hace poco tiempo de que la inversión pudiera llegar a ser una opción adicional o un modo de enriquecernos, a ser ahora un medio obligatorio para no empobrecernos. En este sentido, debemos ser conscientes de que existen productos financieros diversos con los que poder conseguir de nuestro dinero rentabilidades que logren superar la inflación, con lo que poder obtener así riqueza en tiempos de crisis, en un entorno donde el 90% de la población que no siga estos consejos quedará sí o sí condenada a empobrecerse nuevamente, sólo que ahora la velocidad de empobrecimiento será algo nunca visto en el S.XXI.
Los instrumentos que nos ayudan a que nuestro dinero logre obtener rentabilidad superior a la inflación pasa obligatoriamente por acudir a la Renta Variable (Bolsa), evitando todos los productos que nos prometan rentabilidades fijas previas, pues ninguno de ellos podrá garantizar rentabilidades superiores a las que veremos en la inflación.
Por ello, todo lo relacionado con la renta variable, ya sea en acciones de Bolsa, o productos derivados como las potentes ‘Opciones Vanilla’ serán las herramientas que se necesitarán para luchar contra esta crisis financiera, que supondrá una enorme oportunidad de enriquecimiento si sabemos invertir nuestros ahorros a través de estos instrumentos.
Sin embargo, soy consciente de que aunque una parte de la sociedad se interesa por aprender a invertir y utilizar estos instrumentos financieros para sus propios ahorros, (formados en el mayor grupo formativo online en castellano de Opciones ‘CHAN VIP OPCIONES’), también es cierto que otra parte de la sociedad aún queriéndose formar, no dispone de tiempo para poder realizar sus inversiones por ellos mismos.
Por dicha razón existe en estos casos un conocido instrumento que combina sólo en algunas ocasiones los instrumentos anteriores, y son los ‘Fondos de Inversión’ vehículos que permiten invertir el dinero de una persona, siendo un profesional de los mercados financieros quien realiza dicho trabajo.
En este sentido, sólo los fondos de inversión, denominados ‘Gestión Activa’ son realmente los que tienen detrás de ellos a profesionales trabajando por buscar la máxima rentabilidad al dinero de sus clientes. Aunque debamos saber que la inmensa mayoría de este tipo de fondos tiende a ser reservado por las entidades financieras a la banca privada, es decir, capitales mínimos de 6 cifras en adelante, excluyendo a quienes no dispongan de ese capital mínimo. Por dicha razón, y con una idea de democratizar y dar acceso a cualquier persona a estas oportunidades, lideramos proyectos que permiten a cualquier persona, poder invertir a través de fondo de inversión (plenamente regulado) con gestión activa para cualquier capital. De esta forma, conseguiremos que ante una crisis sin precedentes que ya se ha iniciado, todos tengamos oportunidades y herramientas para invertir y salir reforzados de ella. Solicita información de cómo formarte en ChanVipOpciones@gmail.com
Artículo de Alberto Chan, formador de inversores, asesor de Fondo A&A International Investment, escritor BestSeller del Grupo Planeta y economista.
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