Este articulo ha sido publicado en la última edición de la revista TRADERS’ donde podrás leer tanto el original como otros artículos de interés.
Artículo de opinión de Gisela Turazzini, economista e ingeniera financiera
Un sinfín de sorpresas
2022 pasará a la historia como uno de los años más complejos en los mercados financieros, en el que nuestras queridas bolsas han vivido un importante saneamiento tras más de una década de excesos provocados por la mayor burbuja financiera de la historia, sí, la artificiada por Ben Bernanke y retroalimentada por sus cómplices Janet Yellen, Jerome Powell y Mario Draghi.
Y no me refiero al simple hecho de haber acontecido un ajuste generalizado en las bolsas de entorno al 25%, del NASDAQ100 del 35%, y en concreto de las compañías que han abanderado la burbuja de la disrupción; Zoom, Pelotón, Netflix, META, Paypal y compañía de hasta el 80%. Me refiero a una burbuja que ha contaminado no solamente algunos sectores de la renta variable, sino también al mercado de bonos, al mercado de las criptomonedas, al mercado del venture capital, al mercado de deuda pública y soberana, y me atrevería a afirmar que a cualquier mercado que intermedie capitales como por ejemplo el mercado de fichajes de los principales clubes de fútbol profesional. Señoras y señores, nuestro mundo ha vivido un exceso de euforia provocado por la abundancia de un activo, ¡el capital! y ahora, empieza a pagar las consecuencias de dichos colosales excesos.
La cruda realidad
Muchos inversores mantienen su escepticismo sobre la cruda realidad de la economía y los mercados, de la misma manera que parecen vivir al margen de la realidad de unos hechos que solamente un trader profesional es capaz de comprender, siempre desde sus pantallas. Una realidad que no permite ser cínica hoy en día, y ésta se llama; la realidad de los precios. No me resulta extraño que presenciemos numerosos sucesos históricos que hayan roto tradicionales secuencias de correlación, como el spread máximo en el par del oro y la plata (XAU/XAG), los mínimos históricos del EUR, los máximos históricos del USD, el peor año que se recuerda en las carteras equilibradas (60% renta variable / 40% renta fija), o la cotización en mínimos históricos de la correlación entre los bonos y la bolsa de valores… ¡pas mal! Dicho todo lo cual, el huracán en el que se han convertido estos mercados financieros podría estar simplemente en su sorpasso sobre lo que define una tormenta tropical de un huracán de categoría 5 si finalmente Rusia logra su propósito de apagar la luz en Europa, convirtiendo así al invierno en una mera cuestión de supervivencia.
La galopante crisis económica a la que nos hemos visto sometidos, queda confirmada por unos indicadores adelantados que no cesan en explicarnos que nuestro mundo está en recesión, por más que algunos indicadores retrasados como el del PIB de la zona Europa traten de explicar lo contrario vagamente. Los PMI en absoluta confirmación nos cuentan lo contrario al marcar de manera decidida niveles por debajo de los 50 puntos. Cierto es, que mientras los gobernantes presuman de crecimiento al calor de los indicadores retrasados, seguiremos la estela bajista, presumiendo de comprender cosas que la gente de a pie lamentablemente es incapaz de comprender, y pícaros sabedores que en el momento en que los datos retrasados empiecen a mostrarnos la clara decadencia económica en la que vivimos, comenzaremos a escuchar de aquellas mismas bocas las bondades de unos indicadores adelantados que tal vez empiecen a mostrar los dichosos brotes verdes, en ese momento tal vez las bolsas ya hayan despertado de este largo y frío invierno que se avecina. Ya saben bien que en el argot populista y cínico al que nos han acostumbrado algunos políticos se hace propio aquello de donde dije digo, digo Diego.
Un coctel demasiado complicado
A todo esto, el “veremos” nos ha traído una duda razonable respecto de la tendencia bajista en la que cotizan las bolsas mundiales, y ésta no es ni más ni menos que si el mercado está preparado para dar carpetazo a la misma. Apunta maneras, sin duda, puesto que el rebote técnico más allá de los ⅔ que nos enseñó Charles Dow en las industrias Healthcare, Industrials, Oil & Gas y Utilities podría darnos indicios de un mercado que muy débil no está, ¿no les parece? Sin embargo, si atendemos a los hechos que han provocado tal despropósito, tal vez demos cierta importancia al bajo volumen de negociación y a unas merecidas vacaciones que los banqueros centrales se han tomado. Entiendan con cinismo absoluto lo de merecidas, por supuesto, ya me conocen… Que Mr. Powell saque su versión más Dovish antes de ir a tomar el sol a Los Hamptons no es superfluo, ni casualidad. Que justo a la vuelta sus compañeros en el seno de la FED insistan en que no les ha gustado la subida de la bolsa, ratifica mis sospechas. A todo ello no obstante, las bolsas se van debatiendo en zona de soportes, unos soportes que en Europa están siendo testeados mientras escribo este artículo, bajo un ligera divergencia alcista en Wall Street que sigue alimentando las sospechas alcistas con las que el mercado ha vuelto del verano. ¿Será suficiente la descarada e inusual fuerza con la que los alcistas han liderado esta época de calor? Seguramente la respuesta esté en manos de los bancos centrales por un lado, y de un Putin que al parecer ha pasado de líder autoritario condenado, al absoluto fracaso que le ha llevado a atemorizar verdaderamente a Europa, y ¡ojo! todo esto desde un Kremlin que no solamente le aplaude, sino que junto a él se ríen de manera descarada de cómo han transformado el poder de las sanciones en un Harakiri que más que hundir a Rusia, ha terminado hundiendo a Europa.
Y claro, si todo ello no fuera ya de por sí suficientemente irónico, nos encontramos con las materias primas desfasadas y absolutamente discordantes. Los metales, otrora símbolo de seguridad financiera, ahí los tenemos; rompiendo soportes y volviendo con fiereza a la zona de mínimos, demostrando que aquello de: “oro como refugio a la inflación” es todo un cuento de novatos, y más si tenemos en cuenta que al oro le importa un bledo la inflación, ¡seamos francos! aquí, lo que verdaderamente importa son los tipos reales. Y si bien los metales como el cobre, el acero o el aluminio están siendo presionados fuertemente a la baja dando algo de oxígeno a las presiones inflacionistas, el berenjenal que tenemos en Europa con los precios de la energía, no es más que un contrapeso en el que todo puede pasar, no lo olviden.
Y esto nos devuelve al punto de origen. ¿Será suficiente la descarada e inusual fuerza con la que los alcistas han liderado el verano? Sinceramente, permítanme dudarlo. Cierto es que cualquier cosa en esta vida tiende a suceder, por ende de la misma manera creo evidente que una caída del 35% en el Nasdaq, así como un 80% de saneamiento en los activos que han cotizado una burbuja es suficiente como para pensar que parte de la tormenta ya ha pasado. Pero me sigue faltando dolor en los mercados queridos, me sigue faltando para pensar que definitivamente el mercado ha capitulado. Tesla sigue cotizando con un -50%, lo que sugiere más una corrección que el estallido de la burbuja en la que cotiza, de la misma manera que el BITCOIN y el ETHEREUM, los cuales considero que deberían hundirse en torno al 90% ó más para considerar que el mercado se ha desintoxicado de los que confunden bárbaramente lo que es el valor y el precio. Mr. Market ciertamente ha asustado a muchos inversores, pero todavía no ha aterrorizado a nadie y eso es algo que por supuesto trato de tener en cuenta en mi plano operativo, siempre.
¿Y ahora, qué?
Ante este sesgo claramente bajista que les expongo hoy, queridos amigos, SÍ ¡estamos en recesión! dos trimestres consecutivos de PIB negativo y los PMI por debajo de los 50 puntos, indican recesión le pese a quien le pese. Ante este entorno, hemos rotado nuestras carteras asesoradas dejando en liquidez todas las posiciones que hemos venido vendiendo desde octubre del año pasado, buscando así tras pérdida de soportes operativa táctica en los rebotes, y operativa estratégica en cortos en la fase alta del rebote, algo que por supuesto nos ha ayudado a lograr un 10% de rentabilidad en nuestras estrategias de trading y un 20% de la cartera posicionada en corto tras el punto álgido de un verano que podría pasar a la historia como el fin de un nuevo mercado bajista, o la mayor trampa alcista de la historia, ¡hagan sus apuestas! Por cierto, este escenario repetiría los hechos vividos en los mercados bajistas del 2000 y del 2008, cuando el mercado rebotó con exactitud los ⅔ que ha logrado rebotar el mercado durante el mes de agosto.
Dicho todo lo cual, ante este aspecto técnico y situación macroeconómica, deben permitirme seguir planteándome una duda razonable, puesto que la salud de la tendencia bajista no está clara y por ende, a pesar de mi claro sesgo bajista, es de obligado cumplimiento tener un plan de Trading apto para cada escenario, y no solamente el que mi mente me exige pensar. Así que les diré que como estamos en soportes en una semana en la que los banqueros centrales renuevan discurso, está claro que vivir al margen y esperar confirmación no será una mala idea. ¿Nuestra tesis? Si el mercado renace de manera contundente sobre soporte en Europa marcando una ligera divergencia alcista en Wall Street, trataremos de sumarnos nuevamente en operativa larga alcista, en fase de rebote y posible cambio de tendencia. Pero si los mercados europeos pierden soportes confirmados por Wall Street, sólo habrá un camino que me quede recorrer, el bajista. Al fin y al cabo ya saben lo que dicen; cuando no tengas ideas nuevas, ¡haz las viejas más grandes!
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