Artículo de FDI International
En América Latina, hablar de incertidumbre no es nuevo. Sin embargo y desde el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el mundo entero se ha visto envuelto en una dinámica sumamente angustiante e inestable. El mercado de capitales no está exento, y requiere de la tranquilidad y objetividad de los inversores, para poder actuar -o no- en consecuencia.
Cuando la pandemia empezaba a estar más controlada, los gobiernos activaron medidas para generar consumo. Algunos optaron por bajar las tasas de interés (para un préstamo hipotecario o para que el costo financiero de las tarjetas sea muy bajo, por ejemplo) y así incentivar el gasto. Por su parte, las finanzas y el mercado de capitales también comenzaron a activarse y así el mundo se asomaba a una vuelta a la normalidad económica.
A este renacer, el escenario de guerra lo ha vuelto hacia atrás, dado el alto nivel de incertidumbre que genera. En este sentido, Mariano Sardáns, CEO de la Gerenciadora de Patrimonios FDI, sostiene: “el escenario de guerra provocó que la incertidumbre tiñera los mercados. Lo que el conflicto bélico produce es una situación de total incertidumbre y aquellas mejoras que se observaban a propósito de la superación de la pandemia por Covid-19 quedan relegadas y vuelven hacia atrás”.
Momento de parar y revisar
El miedo nunca es un buen aliado y, en materia de finanzas, tomar decisiones apresuradas puede ser arriesgado. A propósito de ello, Sardáns reflexiona sobre cómo debe estar compuesta la cartera de inversión para minimizar riesgos y obtener mayor protección ante el contexto de incertidumbre mundial causada por la guerra: “La cartera de inversión debe estar diversificada y debe ser global, es decir, que sea multi moneda, multi rubros y multi países. De esa forma, se minimizan los riesgos ante eventuales caídas del mercado como consecuencia de crisis puntuales, catástrofes y otros eventos inesperados que puedan ocurrir”, sostiene.
Desde hace algunos años atrás, la recomendación de los expertos en finanzas personales es invertir en acciones, en parte porque son una gran herramienta para contrarrestar los efectos de la inflación. Sin embargo, el contexto actual requiere de un momento para repensar la estrategia. Y agrega: “La desesperación y el vértigo no son buenos consejeros de las finanzas. En esta condición de incertidumbre, la recomendación es esperar. Lejos de actuar rápidamente y en apuros para sacar ventajas o aprovechar una oportunidad, lo mejor es mantener la calma”.
Claro que algunos estarán en mejor situación que otros. Aquel que contaba con una cartera diversificada, logrará minimizar los riesgos dado que no todos los mercados caen de igual manera ni en la misma medida. Con una cartera global y diversificada que integre diferentes monedas, países y rubros como aconseja el CEO de FDI, es adecuado aprovechar la oportunidad para observar lo hecho y el estado de su cartera.
Ahora, ¿qué ocurre con el efectivo o el cash que no esta colocado ni en acciones ni en bonos? En ese caso, el CEO de la Gerenciadora de Patrimonios FDI sugiere que lo más conveniente por estos tiempos es optar por letras (de colocación corta) emitidas por el gobierno de EE.UU.
Por otro lado, Sardáns sostiene que “las entidades financieras más convenientes para usar son las norteamericanas y con cuentas abiertas en los Estados Unidos, dado que es el país que mejor protege al inversor, no existe la fuga de información, el secreto fiscal y bancario es estricto y la seguridad jurídica es la más alta”.