La tragedia en la planta japonesa de energía nuclear de Fukushima, causada por el terremoto más grande registrado en el país en marzo de 2011, derrumbó el sector del uranio. Después de la catástrofe, Japón cerró todos sus reactores nucleares y otras naciones tomaron medidas similares. En consecuencia, la demanda de uranio se desplomó.
Cameco Corporation (NYSE:CCJ) y Kazatomprom de Kazajstán, los mayores productores de uranio del mundo, intervinieron después para reducir la producción a fin de limitar la oferta y sostener los precios mientras el valor del uranio continuaba cayendo.
Sin embargo, Kazatomprom reveló la semana pasada sus intenciones de producir entre 2.000 y 3.000 toneladas métricas adicionales en 2024 de lo previsto inicialmente, un aumento de alrededor del 10%.
“Varios países, incluidos Corea del Sur, Alemania, Francia y Reino Unido, han cambiado recientemente sus políticas energéticas, creando una postura más favorable hacia la energía nuclear”, según afirmó Gianni Di Poce en su informe semanal ‘Benzinga Pro Insider Report’. “Quizás lo más importante”, según el analista, es que “la Unión Europea acaba de clasificar la energía nuclear como ‘verde’. Esto podría hacer subir el precio del uranio, que ya se incrementó notablemente el año pasado”.
Entre los defensores de aumentar el uso de la energía nuclear se encuentra el CEO de Tesla Inc (NASDAQ:TSLA), Elon Musk. El viernes, el ejecutivo dijo en un tuit que limitar el uso de esta fuente de energía “es una locura desde el punto de vista de la seguridad nacional y es malo para el medio ambiente cerrarlos”.
Musk pasó a llamar a los ecologistas que se oponían a la energía nuclear: “tristemente antihumanos”.
La previsión es de un retorno del 26% para los inversores. “Soy optimista con Cameco Corporation siempre que las acciones se mantengan por encima de 40-41 dólares”, comentó Di Poce. “El objetivo alcista es de 60-62 dólares”.
El 24 de agosto, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció que el país no solo desarrollaría nuevas plantas de energía nuclear, sino que también reiniciaría hasta 17 plantas de energía nuclear inactivas y extendería la vida útil de los 10 reactores nucleares en funcionamiento.
En Estados Unidos, el gobierno emitió una “solicitud de propuesta” (RFP) por primera vez en años para agregar a la Reserva de Uranio.
Cameco, con sede en Canadá, ha mostrado prudencia en su estrategia de contratación y selección de trabajos, lo que les ha permitido asegurar un flujo de caja trimestral libre superior a los 400,9 millones de dólares.
El crecimiento de la utilidad neta ha promediado 23% en los últimos 5 años. “Esto podría aumentar aún más en poco tiempo, ya que CCJ todavía tiene otros 10 millones de libras de capacidad de producción que aún no se han subcontratado”, expresó Di Poce.
Desde un punto de vista técnico, la acción está saliendo de un patrón de platillo de varios meses. “Esto podría conducir a una ruptura acelerada al alza”, escribió el analista.
Según una carta a los clientes que Financial Post obtuvo de Orest Wowkodaw, analista del Bank of Nova Scotia que sigue a Cameco Corp., solo siete de las casi 50 unidades de reactores de Japón están ahora en uso. Para 2030, Wowkodaw anticipa el reinicio de 21 unidades, o el 5% de la capacidad nuclear mundial.
Más países están buscando soluciones para reemplazar los combustibles fósiles con energía limpia como resultado de las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania. El presidente Joe Biden firmó recientemente la Ley de Reducción de la Inflación, que también prioriza las inversiones en energía nuclear, un caso alcista para el mayor productor de uranio del mundo.