A mediados del próximo mes de febrero, ante una sesión conjunta del Congreso, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, pretende presentar su plan de recuperación “Build Back Better” (Reconstruir mejor) que, según sus palabras, hará inversiones “históricas” en infraestructura.
“Es hora de dejar de hablar de infraestructura y finalmente comenzar a construir infraestructura”, declaró Biden el jueves al presentar su plan de ayuda COVID de 1,9 billones de dólares.
“(Esto supondrá) Millones de empleos bien pagados que pondrán a los estadounidenses a trabajar en la reconstrucción de nuestras carreteras, nuestros puentes, nuestros puertos para hacerlos más resistentes al clima, para hacerlos más rápidos, más baratos y más limpios para transportar productos fabricados en EE.UU. a todo nuestro país y el mundo, así es cómo competimos. No hacerlo nos saldrá caro”, expresó Biden.
Cuantificando costos
La Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE) intentó recientemente cuantificar ese costo. En un informe que fue dado a conocer el 12 de enero y que lleva por nombre “Falta de acción: Impactos económicos de la inversión en el status quo dentro de los sistemas de infraestructura”, la ASCE concluyó que la brecha de inversión entre las necesidades proyectadas y la inversión probable en sistemas de infraestructura crítica supera la suma de 2,6 billones de dólares para 2029 y más de 5,6 billones de dólares para 2039.
“Los efectos a largo plazo asociados con las inversiones en infraestructura, conocidos desde hace mucho tiempo como un problema de seguridad pública, tienen un impacto en cascada en la economía de nuestra nación, impactando en la productividad empresarial, el PIB, el empleo, los ingresos personales y la competitividad internacional”, tal y como señala el informe.
Necesidades de infraestructura por sistema en base a las tendencias actuales, extendidas a 2020 y 2039 (en 2,019 billones de dólares).
Fuente: ASCE, Economic Development Research Group (EBP)
Con el resultado de las elecciones al Senado estadounidense en Georgia, dividiendo la Cámara a partes iguales, y con la vicepresidenta entrante Kamala Harris emitiendo el voto decisivo sobre la legislación en caso de empate, los demócratas tienen el control en ambas cámaras y de la Casa Blanca.
Pero aun está en discusión si esa trifecta podrá ser suficiente para lograr que el tan esperado paquete de infraestructura a largo plazo alcance la línea de meta.
“Es factible, pero los demócratas no van a poder reinventar la rueda” al incluir muchas disposiciones que no son palpables para los republicanos, según afirmó a FreightWaves Jeff Davis, un experto en políticas del Centro de Transporte Eno.
Los demócratas pueden usar el proyecto de ley de infraestructura que la Cámara “azul” aprobó el verano pasado como punto de partida, un proyecto de ley que incluía:
- Aumentar la cobertura mínima de seguro para camiones comerciales de 750.000 a 2 millones de dólares.
- Hacer públicas las puntuaciones de cumplimiento, seguridad y responsabilidad (CSA, por sus siglas en inglés) de los conductores.
- Financiamiento público para estacionamiento de camiones.
- Requisitos de frenado automático de emergencia.
- Estándares más estrictos para protectores laterales y traseros del chasis
El efecto alcalde Pete
Otra ventaja para Biden y las perspectivas de un paquete de infraestructura: Reclutará al candidato a secretario del Departamento de Transporte (DOT), Pete Buttigieg, como su “jefe de ventas/apóstol” para ayudar a vender la propuesta al Congreso y en eventos públicos, tal y como señaló Davis. “Es la primera vez que tenemos a alguien como secretario del DOT que trae consigo una importante cantidad de apoyo político nacional”.
Sin embargo, Davis señaló que la ventaja política de Biden podría verse socavada por la regla de cierre del Senado, que requiere 60 votos para cortar el debate sobre la mayoría de los tipos de legislación, lo que significa que los senadores del partido de la oposición pueden obstruir la agenda de la mayoría.
Al mismo tiempo destacó que, si bien algunos republicanos pueden querer que se apruebe un proyecto de ley de infraestructura a largo plazo, “no están ansiosos por aumentar los impuestos para pagar nada”, añadió. “Y ahora que todo este dinero se ha destinado al COVID y los recortes de impuestos de Trump, no va a haber un gran apetito por el gasto deficitario”.
Una opinión interna
John Delaney, un antiguo congresista de Estados Unidos que lanzó su propia propuesta de infraestructura de 2 billones de dólares en mayo de 2019, cuando era aspirante a la nominación presidencial demócrata, declaró que hay otros problemas estructurales en el Congreso que deben abordarse.
“Una de las primeras cosas en las que trabajé cuando vine a Washington fue una gran propuesta de infraestructura bipartidista”, comentó Delaney el jueves. El político, también asesor senior de la startup de inversión Revolution, estaba hablando con el fundador de la empresa, Steve Case, sobre las startups y la administración de Biden.
“Los republicanos abogaban en ese momento por arreglar nuestro sistema fiscal internacional que estaba atrapando dinero en el extranjero y se le impedía fluir de regreso a Estados Unidos, lo que nos imposibilitaba obtener ingresos fiscales de él. Yo propuse arreglar ese sistema para hacerlo más ‘pro business’ y usar los ingresos generados para invertir en infraestructura: obtuvo un enorme apoyo bipartidista. Pero el problema era, hasta cierto punto, que la legislación bipartidista está en desventaja en el Congreso porque el liderazgo quiere presentar victorias partidistas”.
Empuje empresarial
Uno de los grupos de presión más poderosos de Washington, la Cámara de Comercio estadounidense, ha hecho de la infraestructura su máxima prioridad legislativa. El grupo, que recientemente dio a conocer la campaña “Build by the Fourth of July” (Construir antes del 4 de julio) para presionar al Congreso a fin de que se promulgue la legislación de infraestructura para esa fecha, es optimista incluso con un Senado 50-50 y una Cámara separada por solo cinco votos.
“También podemos estimular la economía de una manera importante, si finalmente hacemos el tan largamente esperado y ampliamente apoyado, trabajo de reconstrucción de nuestra infraestructura”, señaló el director ejecutivo de la Cámara de Estados Unidos, Tom Donohue, en su discurso sobre el estado de las empresas estadounidenses, que realizó el pasado 12 de enero.
“Es la forma número uno de aumentar la productividad, crear puestos de trabajo y aumentar los ingresos rápidamente. Nuestros legisladores deben promulgar un paquete de infraestructura fiscal y ambientalmente responsable que se concentre en necesidades urgentes como carreteras y puentes. Encontremos una manera de pagarlo y pongámonos en movimiento. Este año, no puede haber excusas para el fracaso”.