Hay peores noticias desde Europa con respecto al gas.
El problema ahora es el próximo invierno, cuando el consumo vuelva a subir por la calefacción de las viviendas.
Evidentemente la principal causa es la perpetuación de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, dado que la reacción del gobierno de Vladimir Putin es reducir drásticamente el suministro de gas a los países europeos que apoyan al país invadido.
Alemania lanza un plan de alarma de gas
De hecho, Alemania acaba de decidir activar la alarma relativa al plan de emergencia del gas. Actualmente, el suministro todavía está garantizado en el país, pero el gas ahora se considera un bien escaso.
El objetivo del gobierno alemán sería en realidad reducir el uso de gas ya durante el verano, para poder llenar los depósitos en preparación para el invierno. Si, por el contrario, no es posible reducir el uso estival, y no es posible rellenar los depósitos, cabe suponer que en invierno se verán obligados a racionarlo.
Las perspectivas del gas en países como Italia
La situación en Italia puede no ser muy diferente.
La hipótesis que empieza a circular es que Rusia podría llegar a un bloqueo total del suministro a Europa, obligando a los países que apoyan a Ucrania a tener que buscar gas en otros lugares.
Desafortunadamente, en este momento parece absolutamente imposible que los países europeos puedan prescindir del gas por completo. Además, no parece haber soluciones efectivas para reemplazar completamente el gas ruso con gas natural de otras partes del mundo.
Por lo que parece más que evidente que la UE necesita una estrategia, posiblemente compartida, para abordar el problema tanto a corto como a medio plazo. En este punto, sería aún mejor si la estrategia también incluyera soluciones a largo plazo.
¿Qué estrategia hay, si la hay?
Ciertamente, recurrir a fuentes de energía alternativas y renovables no sería suficiente para resolver el problema en el corto plazo. Por ejemplo, según admitió el ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, el nuevo plan italiano de renovables solo tendrá efectos en los próximos tres años, y debería estar finalizado no antes de 2030.
Por ahora, las dos únicas soluciones a corto plazo parecen ser el llenado de los stocks, o como mucho el uso del racionamiento. Ni siquiera el uso de fuentes alternativas no renovables parece tenerse en cuenta a corto plazo, también porque la conversión de la calefacción de gas de los edificios no es factible en absoluto a corto plazo.
En Italia, las existencias están actualmente llenas en un 55 % y, según Cingolani, incluso con un posible recorte del 50 % en los suministros de Rusia, el objetivo de llenarse por completo para finales de año sería alcanzable. Por ello, el Comité Ministerial de Emergencia de Gas italiano aún no ha considerado necesario pasar del actual nivel de prealarma al de alarma, como ocurre en Alemania.
¿Quieres hacer trading como un profesional? Prueba GRATIS la Newsletter Premium 4 en 1 de Benzinga España con acciones, breakouts, criptomonedas y opciones.