Una empresa de impresión 3D con sede en Dinamarca ha sido pionera en la primera casa impresa en 3D y resistente a los terremotos de Guatemala. La estructura, que tiene 527 pies cuadrados, fue construida para resistir terremotos de hasta 9.0 en magnitud. Cuenta con varias innovaciones únicas, como un techo de hojas de palmera y techos de 9 pies de altura.
Este es el último salvo en una intensa batalla de pequeñas amas de casa de todo el mundo para crear las unidades impresas en 3D más asequibles, funcionales y eficientes posibles. La tecnología detrás de la casa tiene el potencial de revolucionar la construcción de viviendas asequibles en áreas de riesgo sísmico como Guatemala.
Una revolución en la construcción en marcha
Además del alto costo de adquirir terrenos, el costo de los materiales y la mano de obra son factores importantes que impulsan el precio de construir nuevas viviendas más allá de lo que muchos compradores pueden pagar. El surgimiento de la construcción de casas pequeñas y unidades de vivienda complementarias (ADU, por sus siglas en inglés) comenzó en serio cuando el CEO de Tesla Inc. y X, Elon Musk, compró una casa pequeña de Boxabl para los terrenos de su mansión y comenzó a vivir en la ADU.
Después de esto, inventores, diseñadores y constructores de todo el mundo llegaron a una simple realización: quien perfeccione la tecnología de llevar viviendas asequibles al mercado a gran escala podría hacerse rico. No pasó mucho tiempo antes de que las impresoras 3D entraran en juego, lo que representó otro salto adelante en la tecnología de viviendas asequibles.
Este año, una empresa en Japón imprimió en 3D una pequeña casa en menos de 48 horas por un costo de aproximadamente 37.000 dólares. Esto se suma a una empresa que utilizó una subvención para imprimir en 3D una escuela en Madagascar en 2022. En Austin, Texas, el respetado constructor de viviendas Lennar se prepara para que los primeros residentes se muden a un nuevo desarrollo de 100 unidades construido completamente mediante impresión en 3D. Será el primero de su tipo en los Estados Unidos.
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Una impresora de viviendas en 3D que cuesta menos que muchas casas
En la comunidad de casas 3D de Lennar en Austin, conocida como Wolf Creek, cada casa costará aproximadamente 476.000 dólares. No es necesariamente barato, pero aún así está por debajo del precio promedio actual de una casa en los EE.UU., que ronda los 500.000 dólares. En contraste, la máquina utilizada para construir la casa impresa en 3D en Guatemala cuesta entre 500.000 y 600.000 dólares. Fue construida por una empresa llamada COBOD, que busca posicionarse como el principal proveedor mundial de opciones de construcción impresas en 3D.
La impresora 3D utilizada para construir la casa en Guatemala se conoce como BOD2, y también se utilizó para construir la escuela en Madagascar. Hasta ahora, COBOD ha vendido 70 unidades de construcción BOD2 en todo el mundo. El potencial de esta tecnología es ilimitado.
Una posible solución a la crisis de asequibilidad de vivienda
El potencial de esta tecnología es ilimitado. Por el precio de una casa promedio en Estados Unidos, ahora es posible comprar una impresora 3D de alta resistencia industrial capaz de construir unidades de vivienda de 527 pies cuadrados resistentes a los terremotos en cuestión de semanas. Este es un proceso que solía tomar meses y dejar una huella de carbono masiva.
Eso podría cambiar todo, gracias a innovaciones como la impresión 3D. Más importante aún, este es el tipo de innovación que puede ayudar a resolver la crisis de vivienda asequible. Si el costo y el tiempo de construcción pueden reducirse radicalmente, también puede reducirse el precio final cuando la vivienda llegue al mercado. Ese escenario sería un ganar-ganar para todos.
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