El multimillonario inversor Bill Ackman, con una fortuna estimada en 8.070 millones de dólares, compartió recientemente una historia íntima sobre uno de los momentos más oscuros de su vida profesional y personal, y cómo logró emerger fortalecido.
Una etapa crítica: pérdidas, divorcio y presión
Durante su intervención en el Forbes Iconoclast Summit en Nueva York, Ackman confesó:
“Estaba pasando por un divorcio, lo que representa una gran presión financiera. El fondo estaba perdiendo más del 30 %”.
La situación se agravó cuando decidió vender todas las acciones de su fondo en la farmacéutica Valeant, lo que generó una pérdida cercana a los 4.000 millones de dólares. Ackman explicó que muchos en la industria se volvieron en su contra, lo que aumentó la presión emocional.
En medio de esta tormenta, recurrió a un préstamo de 300 millones de dólares otorgado por JPMorgan Chase, lo que le permitió mantener el control de su fondo y empezar a reconstruir su posición.
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La clave: el poder de la mejora compuesta
Ackman reveló que adoptó una estrategia inusual, inspirada en la lógica financiera: aplicar el principio de la mejora compuesta a su vida personal. Se comprometió a realizar pequeños cambios diarios, enfocándose únicamente en el siguiente paso inmediato.
“Voy a avanzar. No voy a mirar atrás. Si miro, me voy a desanimar. Solo me concentraré en el próximo paso, y luego en el siguiente, y así sucesivamente”, relató.
Esta mentalidad, según él, puede aplicarse a cualquier tipo de crisis: pérdida de empleo, problemas de salud o fracasos empresariales. Aunque al principio el progreso parecía insignificante, después de 90 días, Ackman empezó a notar mejoras tangibles.
Un consejo que transformó una vida
En otro momento de la charla, Ackman recordó una anécdota que contó originalmente en el podcast de Lex Fridman. Un taxista de Nueva York lo reconoció y le agradeció un consejo financiero que había recibido tiempo atrás: una inversión de 50.000 dólares se convirtió en casi 3 millones para su jubilación.
Más allá de su historial como inversor, Ackman mostró que incluso los grandes nombres de Wall Street enfrentan crisis profundas, y que el camino de salida no siempre es una jugada brillante, sino una suma de pasos constantes.
Imagen vía Shutterstock
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