La petrolera Repsol (BME:REP) sigue sumando enteros en el parqué y encara el cierre de mayo con el viento a favor. Sus acciones cotizan ya por encima de los 11,8 euros, acumulando más de un 9 % de subida en lo que va de mes y perfilándose para cerrar su tercera sesión consecutiva al alza. El rebote no solo es técnico: también hay argumentos de fondo y respaldo analítico.
Lo que sucedió
Repsol ha recuperado todo el terreno perdido en bolsa durante 2025, una remontada que se concentra sobre todo en este mes de mayo. Con la subida acumulada del 9 %, la energética ha logrado revertir las caídas y vuelve a situarse entre las protagonistas del Ibex 35.
Este tirón bursátil llega en un contexto donde los inversores parecen premiar el enfoque estratégico de la compañía. No se trata solo de beneficios: también cuenta la narrativa de una firma que se adapta y evoluciona, sin dejar de lado su negocio tradicional.
En paralelo al movimiento de la acción, Alantra Equities ha reiterado su recomendación de “comprar” los títulos de Repsol. Sin embargo, ha ajustado ligeramente su precio objetivo, pasándolo de 15 a 14,60 euros por acción, reflejando una visión algo más cauta sobre el entorno.
La casa de análisis reconoce que hay motivos para la prudencia, márgenes en retroceso, contexto macro incierto, pero mantiene intacta su confianza en el potencial de revalorización del valor, que estima en más de un 23,7 % desde los niveles actuales.
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Por qué es importante
Esta revisión de Alantra no es un paso atrás, sino un ajuste quirúrgico. El mercado energético global está lleno de incógnitas, precios volátiles, tensiones geopolíticas, nuevas regulaciones—, y aún así, la firma sigue viendo margen de crecimiento en Repsol. Ese equilibrio entre firmeza y cautela dice mucho sobre la solidez percibida del modelo de negocio de la petrolera.
Uno de los puntos que más destaca Alantra es cómo Repsol ha diversificado sus fuentes de ingresos, combinando su histórico negocio de petróleo y gas con inversiones crecientes en renovables, combustibles sintéticos y proyectos de hidrógeno verde. Esa transición energética no solo responde a presiones externas: también actúa como escudo ante los vaivenes del crudo.
Pese a los desafíos, la empresa ha sabido trazar una hoja de ruta que conecta con las exigencias del siglo XXI. Claro que no todo depende de ella. Factores como la desaceleración económica en Europa o los cambios regulatorios pueden condicionar su evolución a corto plazo. Pero incluso en ese terreno inestable, Repsol se mantiene como un actor con capacidad de adaptación y visión de largo plazo.
Foto: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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