En los últimos meses, varias multinacionales españolas han reforzado su presencia en México, consolidando al país como destino prioritario para el capital procedente de España. Entre los protagonistas destacan BBVA (BME:BBVA), Cox (BME:COXG), Banco Santander (BME:SAN) y Repsol (BME:REP), que han incrementado su exposición en sectores estratégicos como la banca y la energía, en sintonía con el “Plan México”, diseñado para ofrecer mayor seguridad jurídica y atraer inversión extranjera.
Uno de los movimientos más llamativos fue el de Cox, que cerró la compra de Iberdrola México por 4200 millones de dólares, en una de las operaciones corporativas más relevantes del año. La compañía, especializada en agua y energía, prevé además inyectar 10 700 millones de dólares adicionales hasta 2030 en proyectos de infraestructuras y energía, con la posibilidad de coinversiones junto a la Comisión Federal de Electricidad. Su presidente, Enrique Riquelme, recalcó la confianza que genera el nuevo marco regulatorio mexicano.
En el terreno financiero, BBVA anunció un plan de inversión de más de 100 000 millones de pesos (unos 4570 millones de euros) hasta 2030. Carlos Torres, presidente del grupo, destacó que México se ha consolidado como socio comercial clave de Estados Unidos, incluso por encima de China, lo que lo convierte en un mercado con gran atractivo para el capital internacional.
Santander no se queda atrás: la entidad destinará 2000 millones de dólares en un plazo de tres años. Ana Botín enmarcó este compromiso en el lanzamiento de Openbank en el país, con la ambición de convertir al grupo en “el banco más grande y rentable de México”. En paralelo, Repsol invertirá hasta 600 millones de dólares en el Bloque 29 del Golfo de México, un proyecto que prevé alcanzar hacia 2028 una producción de 60 000 barriles diarios.
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Por qué es relevante
El refuerzo del capital español en México no es un hecho aislado: responde a un contexto de mayor certidumbre regulatoria y a la voluntad del país latinoamericano de consolidarse como un hub regional. Los planes de Cox, BBVA, Santander y Repsol ilustran cómo los intereses de las compañías encuentran encaje en la estrategia mexicana de diversificación y atracción de inversiones.
Para la banca, México representa una palanca de crecimiento frente a la saturación de los mercados europeos. La digitalización, la inclusión financiera y el dinamismo del consumo son factores que impulsan esta apuesta. El desembarco de Openbank, de hecho, simboliza la extensión de un modelo de banca digital probado en Europa hacia un mercado en plena expansión.
En energía, tanto Repsol como Cox buscan no solo rentabilidad, sino también consolidar posiciones en un sector clave para la soberanía nacional mexicana. La cuestión de fondo será cómo compatibilizar los intereses empresariales con los objetivos de desarrollo local. De ese equilibrio dependerá el éxito de este nuevo puente económico entre España y México.
Imagen: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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