A pesar de que la Reserva Federal intentó enfriar el entusiasmo de los inversores la semana pasada, el dinero siguió moviéndose… esta vez al otro lado del Atlántico. Tras haber estado durante mucho tiempo a la sombra de sus homólogos estadounidenses, los ETF de renta variable europeos están acaparando discretamente parte del protagonismo.
Según Etf.com, los ETF cotizados en EE. UU. recaudaron la considerable suma de 37 600 millones de dólares durante la semana que finalizó el 31 de octubre, prolongando así una fuerte racha de creación de fondos. Sin embargo, la verdadera sorpresa fueron los ETF de renta variable internacional, que recaudaron 8600 millones de dólares gracias a una serie de notables asignaciones a productos centrados en Europa. El Vanguard Tax Managed Fund FTSE Developed Markets ETF (NYSE:VEA) recaudó 805 millones de dólares, mientras que el JPMorgan BetaBuilders Europe ETF (BATS:BBEU) sumó 757 millones de dólares, situándose entre los 10 ETF con mayor afluencia de capital.
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De la cautela a la confianza
Este cambio se produce después de que la última reunión de la Fed de la semana pasada concluyera con una bajada de tipos, acompañada de un toque de cautela por parte del presidente Jerome Powell, que sugirió que la bajada de diciembre no está garantizada. Aun así, los inversores parecen estar adoptando una visión a largo plazo. Con las acciones estadounidenses rondando máximos históricos, los gestores de fondos buscan cada vez más valor y diversificación en el extranjero.
Con el dólar posiblemente alcanzando su máximo y los rendimientos de los bonos estabilizándose, la configuración de los ETF internacionales parece mejor que en años.
Un cambio silencioso
Este renovado interés por la exposición europea supone un cambio poco habitual en las tendencias de flujo, que han favorecido claramente a EE. UU. desde 2022. Por el contrario, los ETF de pequeña capitalización, como el iShares Russell 2000 ETF (NYSE:IWM), registraron salidas por valor de 1800 millones de dólares, lo que pone de relieve la preferencia de los inversores por la estabilidad de las grandes capitalizaciones y las blue chips globales.
Mientras tanto, los ETF de oro, como el SPDR Gold Trust (NYSE:GLD), y los fondos del Tesoro a corto plazo, como el iShares 0-3 Month Treasury Bond ETF (NYSE:SGOV), perdieron alrededor de 1000 millones de dólares cada uno, lo que indica que los inversores están abandonando los activos defensivos y volviendo a las acciones, especialmente a las extranjeras.
¿Comienza el reequilibrio global?
No está claro si se trata de una operación pasajera o del comienzo de una rotación global más sostenida. Pero una cosa es segura: el dinero inteligente ya no solo persigue a las grandes tecnológicas estadounidenses, sino que está redescubriendo Europa. Después de dos años en la sombra, esa podría ser la historia de regreso que los ETF globales han estado esperando.
Foto: Shutterstock
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