Desde comienzos de año, la bolsa alemana ha desplegado un ascenso tan vertiginoso como silencioso. Mientras otros mercados luchaban con dudas presupuestarias o tensiones geopolíticas, el DAX ha escalado sin mirar atrás. Algo ha cambiado en el ánimo de los inversores, que parecen mirar a Alemania con ojos nuevos, quizá buscando refugio o simplemente oportunidad. La pregunta ahora no es si está en racha, sino si puede sostenerla.
Lo que sucedió
La renta variable alemana ha ganado un 22 % en lo que va de año, muy por encima del 10,7 % que han subido, de media, las bolsas europeas. Este rendimiento ha sido impulsado, según Alexis Bienvenu de La Financière de l’Échiquier, por una combinación de reformas internas, estabilidad política y medidas proinversión.
Uno de los catalizadores clave ha sido la llegada de Friedrich Merz al cargo de Canciller. Su perfil conservador y promercado ha sido bien recibido por los mercados, sobre todo por haber sido elegido al frente de una gran coalición, una fórmula que, paradójicamente, transmite más previsibilidad que tensión.
A ello se suma la “reforma histórica” de las normas presupuestarias alemanas, que permite mayor endeudamiento para estimular la economía. Esta decisión, respaldada por un consenso político inusual en Alemania, allana el camino para nuevas inversiones en defensa e infraestructuras, dos sectores clave para el crecimiento.
Además, se ha propuesto una reforma fiscal que rebajaría cinco puntos porcentuales el tipo impositivo de las empresas hasta 2032. Esta bajada, sumada a planes de estímulo a largo plazo, apunta a un entorno más competitivo para la industria alemana, en un momento en que la guerra comercial global exige mayor resiliencia.
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Por qué es importante
La apuesta por Alemania no es solo cuestión de cifras: detrás hay una narrativa política y económica que ha comenzado a convencer a los grandes inversores. Expertos de Citi señalan que “Alemania comienza a cumplir” y destacan el reciente paquete de 46 000 millones de euros aprobado por el gabinete, que incluye tanto inversión en capital como recortes de impuestos. Una señal clara de que el país busca reactivar su tejido empresarial desde dentro.
Este nuevo impulso cobra especial relevancia ante un contexto internacional incierto. Mientras en otros países europeos el lastre fiscal ahoga las opciones, Alemania aparece como un raro ejemplo de equilibrio: políticas expansivas pero contenidas, y una voluntad política estable. Incluso en Washington, Merz ha sido recibido con optimismo, y Trump lo ha calificado como un “gran representante” del país.
Los expertos también subrayan que el mayor potencial podría estar en el MDAX, el índice de medianas empresas, que ha empezado a recuperar terreno tras años de rezago. Bienvenu recuerda que estas compañías, aunque más vulnerables al ciclo, están mejor posicionadas para beneficiarse del estímulo interno. Y eso abre la puerta a una posible rotación de capitales desde las megacaps hacia estas firmas más ágiles… aunque aún poco valoradas.
Imagen: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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