Telefónica (BME:TEF) vuelve a poner sobre la mesa un ajuste de plantilla que podría afectar hasta a 5000 personas en España. La noticia, aún sin confirmación oficial, resuena con fuerza en los pasillos del Ibex 35. Más allá del número, la pregunta es: ¿qué implica esto para el futuro de una de las grandes tecnológicas del país?
Lo que sucedió
Telefónica estaría planeando un recorte de entre 4000 y 5000 puestos de trabajo como parte de su estrategia para reducir costes estructurales y ganar eficiencia operativa. Así lo ha informado El Confidencial citando fuentes financieras anónimas. La compañía, sin embargo, no ha emitido ninguna declaración oficial al respecto.
Este posible recorte se sumaría al ajuste realizado en 2023, cuando Telefónica eliminó alrededor de 3400 puestos. Aquella medida supuso un ahorro anual estimado de 285 millones de euros a partir de 2025, lo que refleja el impacto tangible que estas decisiones tienen en sus cuentas.
Desde 2008, la teleco ha reducido su plantilla en unos 20 000 trabajadores, según la misma fuente. Es un proceso que ha acompañado la evolución tecnológica del sector, donde la eficiencia gana terreno a las estructuras tradicionales.
Entre los factores clave detrás de este adelgazamiento está la automatización de procesos y el apagón progresivo de la red de cobre, que permitían y permiten operar con menos personal. Un cambio de paradigma silencioso, pero profundo.
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Por qué es importante
Este tipo de decisiones no ocurren en el vacío. Telefónica lleva años lidiando con una deuda elevada, márgenes estrechos y una competencia feroz, tanto en España como en América Latina y Alemania. Reducir plantilla es una medida drástica, pero también una señal de la presión interna por reestructurar su modelo operativo.
Además, el mercado está observando cómo se redefine el papel de las telecos en la era digital. La automatización y la inteligencia artificial no solo cambian cómo se presta el servicio, sino también quién lo presta. El capital humano se transforma, y con él, las relaciones laborales tradicionales.
No obstante, esta noticia deja preguntas abiertas: ¿cómo afectará al clima laboral interno? ¿Qué impacto tendrá sobre la imagen de Telefónica? El silencio oficial por ahora solo alimenta la incertidumbre. Y en los mercados, como en la vida, lo que no se dice, también pesa.
Imagen cortesía de Eduardo Parra – Europa Press
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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