Es natural querer encontrarle un significado al movimiento de los precios. Después de todo, cuanto más creemos que sabemos, mejor podemos estar posicionados para obtener beneficios.
Esta lógica tiende a ser contradictoria cuando hablamos de los mercados financieros.
En realidad, ocurre justo lo contrario con las buenas inversiones, especialmente cuando gente común administra nuestros propios fondos y carteras. Cuanto menos intentemos entender el porqué y cuanto más nos enfoquemos en los gráficos y sigamos las tendencias a largo plazo, más beneficios podremos obtener.
Una de las principales razones de este enfoque es que las instituciones pagan mucho dinero para ser las primeras en tener acceso a las últimas noticias. Estas últimas noticias ya se han comercializado y se han incluido en el mercado cuando llegan a nosotros, así que no suele servir de nada tratar de entenderlas.
La tendencia alcista en juego desde 2009 también confirma que todas las noticias, incluidas las caídas que provocó la Covid-19 el año pasado, están siendo absorbidas por la tendencia a largo plazo. Siempre hay que tener una postura alcista hasta que los mercados dicten lo contrario.
Tener una postura alcista significa tener paciencia y permitir que se produzcan estas caídas temporales antes de que el mercado encuentre soporte y avance hacia nuevos máximos históricos.
Después de todo, tener paciencia es una habilidad crucial de cualquier inversor maestro, y a menudo se suele pasar por alto o subestimarse.
Retrocesos del viernes
Volviendo a la semana pasada, parece que las caídas del viernes 26 de noviembre se han atribuido a las noticias sobre la nueva variante omicron de la Covid-19. Podría haber algo de verdad en todo esto.
Después de todo, la Covid-19 ha inundado los titulares de las noticias desde que salió a la luz por primera vez en 2019, lo que posteriormente provocó caídas del 35% en el mercado a principios de 2020. Sin embargo, los mercados se han recuperado más del 100% desde entonces.
También son altas las probabilidades de que estos últimos movimientos sean absorbidos por la tendencia alcista a largo plazo. Deja todo lo que estés haciendo un momento y presta mucha atención al lenguaje que estoy usando. Hablo en términos de probabilidades, no de certezas. En este juego no existen garantías.
Si vamos en la dirección de la tendencia establecida, tenemos muchas más probabilidades de obtener beneficios a largo plazo. Este enfoque está en línea con una de las bases de cualquier inversión sólida: la tendencia es tu aliada hasta la curva del final.
El arte como inversor es determinar la diferencia entre un retroceso y un cambio total en la tendencia. Como suele ocurrir, siempre que se produzca una caída en el mercado, nuestros canales de los medios de comunicación recurrirán a la retórica habitual de que se acaba el mundo.
Para adoptar un enfoque objetivo, yo me centro en el precio en relación con los niveles de soporte críticos de una tendencia alcista.
El S&P 500 y los niveles de soporte
A continuación, se muestra el cronograma diario del S&P 500.
He marcado el máximo de septiembre, cuando el precio sufrió los descensos estacionales habituales que solemos esperar en esta época del año. Septiembre tiene fama de ser el mes más flojo del año.
El precio, que avanzó en la dirección de la tendencia tal y como se esperaba, encontró soporte, se recuperó y luego se disparó en octubre para registrar nuevos máximos históricos.
Si analizamos más detenidamente esta estructura, el precio no consiguió volver a alcanzar el máximo de septiembre como soporte convertido en resistencia. Cuando el precio se dispara a través de un nivel con una reevaluación, el retroceso para completar la reevaluación suele ser agresivo.
Eso es lo que estamos viendo por ahora.
Siempre que el precio permanezca por encima del máximo de septiembre, es muy probable que el precio se dispare y registre nuevos máximos históricos, ya que apunta al número redondo de 5.000.
Ahora voy a centrarme en ver cómo termina noviembre y espero que se produzca un repunte para Navidad a medida que nos acercamos al final de 2021. Si el precio sube, seguiré añadiendo a mi cartera posiciones alcistas en las acciones con mejor rendimiento.
Si el precio baja, tengo mi plan de gestión de salida y actuaré en consecuencia.
Por ahora, tendré paciencia y dejaré que sea el precio el que dicte mi rumbo.