A medida que los líderes en el sector de la inteligencia artificial continúan haciendo apariciones globales ante los gobiernos del mundo sobre la regulación y la adopción segura de la IA, Elon Musk se encontró el lunes en una sesión uno a uno con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Musk y Netanyahu discutieron las implicaciones geopolíticas de la IA y su regulación. La conversación, que inicialmente comenzó entre las dos figuras, más tarde se abrió para incluir al presidente de OpenAI, Greg Brockman, y al investigador de aprendizaje automático, Max Tegmark.
La visión dual de Netanyahu sobre la IA
El primer ministro abrió la conversación admirando las posibles “bendiciones” de la IA. Con referencias a la medicina de precisión, cuidadores de robots para personas mayores y agricultura avanzada, pintó un futuro de prosperidad sin igual.
Sin embargo, alineó la visión prometedora con la “maldición” de la IA: interrupciones a la democracia, sindicatos criminales, guerras impulsadas por IA incontrolables y la inquietante posibilidad de que las máquinas dominen a los humanos.
Destacó las preocupaciones sobre el rápido ritmo de la revolución de la IA, sus posibles amenazas y pidió a Musk que asumiera el papel de presidente de los Estados Unidos para idear un plan para aprovechar las “bendiciones” de la IA mientras se disuade cualquier “maldición”.
La respuesta presidencial de Musk
En respuesta a la hipotética propuesta de Netanyahu de asumir el papel de presidente de los Estados Unidos, Musk habló sobre sus esfuerzos para informar a los líderes mundiales sobre los peligros y oportunidades de la IA.
La opinión de Musk, y lo ha sido durante algún tiempo, es que aunque la IA ofrece numerosos beneficios, su posible mal uso es igualmente, si no más, preocupante. El magnate de la tecnología señaló el desafío internacional de la regulación de la IA, citando la frecuente respuesta que recibe de las naciones occidentales.
Las naciones occidentales pueden regular la IA, según lo que escucha Musk de los políticos estadounidenses, pero sus preocupaciones radican en naciones como China, que podrían no regular la tecnología, creando así un desequilibrio global.
El CEO de Tesla Inc (NASDAQ: TSLA) y SpaceX dijo que viajó a China, advirtiendo a altos funcionarios que crear una superinteligencia digital podría significar entregar el poder del Partido Comunista de China (PCCh) a un algoritmo, algo que el PCCh no preferiría, según Musk.
Propuesta de IA de Netanyahu
Netanyahu tiene un marco de tres niveles para la IA.
Cooperación de estados afines: Haciendo paralelismos con la aviación internacional y otros sectores, Netanyahu propuso que las naciones con valores y perspectivas compartidas establezcan inicialmente un código de ética y conducta.
Colaboración de las principales potencias: Reflexionando sobre la era nuclear, Netanyahu señaló que la disuasión mutua, derivada de la doctrina de la destrucción mutua asegurada (MAD), ha sido fundamental para evitar un conflicto nuclear.
En el contexto de la inteligencia artificial, la ausencia de códigos internacionales podría llevar a un “caos mutuo asegurado (MAC)”, un escenario en el que las consecuencias no deseadas se acumulan, provocando una interrupción global.
Lidiando con actores rebeldes: El líder israelí expresó su mayor preocupación por los “actores malintencionados”, que incluyen estados rebeldes y sindicatos criminales, que podrían aprovechar la inteligencia artificial con fines malévolos.
Musk ofreció un punto de vista contrario a la idea de que la inteligencia artificial podría ser fácilmente cooptada por entidades rebeldes, diciendo que la verdadera superinteligencia digital estaría centralizada en grandes centros de datos detectables.
El líder de la inteligencia artificial dijo que estos centros serían identificables incluso desde el espacio, sugiriendo que los actores rebeldes no pueden aprovechar fácilmente este nivel de inteligencia artificial sin ser notados.
Foto: Netanyahu, Shutterstock; Musk, dominio público
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