Los republicanos han criticado al presidente estadounidense Joe Biden por reprender a la industria petrolera de EE.UU. y presionar por fuentes de energía alternativa incluso cuando la invasión rusa de Ucrania ha enfatizado la dependencia mundial de los combustibles fósiles, según escribe el Wall Street Journal.
Joe Biden anunció recientemente que Estados Unidos enviaría más gas natural licuado a Europa para ayudar a los países a reducir su dependencia del gas ruso.
La medida generó preocupaciones en los progresistas que creen que el presidente se está alejando de su promesa de campaña de alejar a Estados Unidos de los combustibles fósiles.
Los analistas afirmaron que la situación refleja las opciones limitadas de Biden para abordar un déficit de energía precipitado por varios factores, incluido el repunte económico que siguió a la pandemia de la COVID-19.
La urgencia está aumentando a medida que EE.UU. y otros países han comenzado a prohibir las exportaciones de petróleo ruso tras la invasión a Ucrania, y mientras los consumidores y las empresas estadounidenses se enfrentan a costes de combustible más altos.
Biden afirmó anteriormente que presionaría a Arabia Saudí por los abusos contra los derechos humanos y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Como candidato, señaló que “se alejaría de la industria petrolera” para reemplazarla con el tiempo por energía renovable.
En cambio, en los últimos meses, Biden ha trabajado para mejorar las relaciones con Arabia Saudí y las compañías petroleras de EE.UU., llamando abiertamente a los productores de petróleo del mundo a aumentar su producción en respuesta al aumento de los precios.
Con la Casa Blanca pidiendo abiertamente una mayor producción de petróleo a corto plazo, Biden debe ocuparse de demostrar que sigue apoyando su promesa de campaña de alejar a Estados Unidos de los combustibles fósiles y que “no ha abandonado la causa”, tal y como expresa John Podesta, que sirvió en las dos últimas Casas Blancas demócratas.
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