Una nueva encuesta revela que los directores ejecutivos y los inversores tienen puntos de vista muy divergentes con respecto al futuro de la economía mundial.
Mientras que el 73% de los CEO más destacados esperan que se produzca un empeoramiento de las condiciones macroeconómicas en la primera mitad de 2023, el 76% de los inversores creen que la situación va a mejorar.
Las cifras provienen de una encuesta realizada por Teneo, una firma asesora de directores ejecutivos que ha entrevistado a 300 directores ejecutivos e inversores institucionales de todo el mundo que representan aproximadamente 3 billones de dólares del valor de la empresa y la cartera.
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Los CEO encuestados eran directivos de empresas con ingresos anuales de mil millones de dólares o más. Por otro lado, los inversores seleccionados para la encuesta eran “una muestra global de inversores profesionales en banca de inversión, inversión institucional, inversión de riesgo, gestión de activos, capital privado y fondos de cobertura”.
La desglobalización, un término que se utiliza para describir un proceso de disminución de la integración y la cooperación entre las economías de todo el mundo, es fundamental para comprender las discrepancias del informe. La encuesta reveló que el 86% de los directores generales y el 94% de los inversores están de acuerdo en que la desglobalización es una realidad para la economía global, y casi la mitad cree que el proceso ya está en marcha y que será significativo.
Los periodos de desglobalización están marcados por una regionalización o nacionalización de las cadenas de suministro globales, mayores medidas de proteccionismo dentro de los países, disminución del comercio global y un movimiento generalizado hacia un mundo menos conectado, con soluciones más localizadas a los problemas económicos.
Eventos globales recientes como la pandemia de la Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania han demostrado lo frágiles que pueden llegar a ser las cadenas de suministro globales. Estos importantes eventos mundiales hicieron sonar todas las alarmas para aquellas empresas que dependen del libre flujo de bienes y servicios a través de los distintos continentes para su éxito operativo.
Los directores ejecutivos de las medianas empresas coincidían con los inversores en la opinión de que el pronóstico macroeconómico es más positivo que negativo.
A los encuestados se les preguntó si era probable que la economía global, el acceso al capital, las condiciones de la industria y la demanda de los clientes mejoraran o empeoraran en la primera mitad de 2023. Mientras que los CEO de las medianas empresas y los inversores esperaban que las condiciones mejoren en todos los ámbitos, los directores ejecutivos de las grandes empresas tenían la opinión opuesta.
La desglobalización puede ser la clave que hay detrás de esta división. Mientras que las medianas empresas y los inversores se centran más en su propio país, las grandes empresas tienden a tener operaciones globales, las cuales han estado sufriendo las mayores interrupciones desde el pasado 2020. Las grandes empresas están sufriendo los efectos disruptivos de la desglobalización a diario y eso podría estar afectando a su pronóstico.
La mayoría de los inversores dijo que ajustar las cadenas de suministro y buscar nuevas fuentes de financiación son elementos clave para adaptarse a un nuevo statu quo desglobalizado.
La encuesta también reveló que el 26% de los directores ejecutivos sostiene que la reducción de personal es una posibilidad viable, mientras que el 32% baraja la posibilidad de trasladar parte de su fuerza laboral.
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Foto de Greg Rosenke en Unsplash.
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