Unicaja (BME:UNI) ha dado un giro de timón en su modelo de negocio, y los inversores lo están reconociendo. La mejora en rentabilidad, la estabilidad en los márgenes y una política clara de retribución al accionista han empujado al alza su cotización. En un entorno donde los tipos vuelven a bajar, la entidad malagueña se presenta como un ejemplo de adaptación financiera eficaz. ¿Está Unicaja sentando las bases de un crecimiento estructural?
Lo que sucedió
Unicaja ha logrado en los últimos años un importante avance en rentabilidad, lo que ha tenido un reflejo directo en el comportamiento bursátil de la entidad. Así lo señaló Jaime Hernández Marcos, director de Relaciones con Inversores, en un foro organizado por el Economista. La acción de la entidad se ha ido aproximando a su valor en libros, situándose ya en 0,7 veces este ratio.
La clave del cambio está en la transformación del balance del banco. Hernández explicó que, a diferencia de ejercicios anteriores, ahora los préstamos, especialmente los de tipo fijo, han ganado peso frente a los depósitos. Este giro estratégico se produce en un momento en el que los tipos de interés en la eurozona vuelven a descender, una situación que penaliza el margen financiero si no se actúa con antelación.
Esta evolución no solo se percibe en la cotización, sino también en los dividendos. En 2023, Unicaja repartió más de 13 céntimos por acción, un fuerte aumento frente a los 5 céntimos del año anterior. La entidad mantiene un payout del 60 % y estudia nuevas vías de remuneración como dividendos complementarios o recompra de acciones.
A largo plazo, la hoja de ruta es clara: entre 2025 y 2027, Unicaja prevé destinar hasta el 85 % de sus beneficios a premiar a sus accionistas. Todo esto apoyado en un margen por intereses que esperan mantener en torno a los 1400 millones de euros anuales. Para Hernández, este crecimiento no es coyuntural, sino estructural.
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Por qué es importante
La mejora en la rentabilidad de Unicaja se ha producido en paralelo a un contexto de transformación del sector bancario europeo. A pesar de la incertidumbre macroeconómica, la entidad ha sabido blindar su modelo de ingresos frente al riesgo de tipos bajos, algo que el mercado ha sabido interpretar. En palabras del propio Hernández, se ha estrechado el diferencial con otras entidades más grandes, lo que ha despertado interés entre los inversores institucionales.
El giro hacia préstamos a tipo fijo ha sido una decisión estratégica que ahora muestra sus frutos. Hasta hace pocos años, el grueso de los activos de Unicaja eran préstamos a tipo variable, más expuestos a caídas del euríbor. Actualmente, cerca del 60 % de la cartera de créditos tiene rentabilidad fija, lo que proporciona estabilidad en ingresos pese al nuevo rumbo del Banco Central Europeo.
Además, el interés por parte de fondos estadounidenses demuestra que Unicaja está dejando de ser percibida como una entidad pequeña o local. El aterrizaje de inversores internacionales en su accionariado refuerza la tesis de un cambio de escala. Según explicó Hernández, este flujo de capital extranjero ha llegado al percibirse que la entidad está mejor posicionada de lo esperado ante un entorno de tipos a la baja.
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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