El IBEX 35 cerró el viernes con un fuerte retroceso que le hizo perder el umbral psicológico de los 14.000 puntos, en una jornada marcada por el temor geopolítico. El desencadenante fue un ataque israelí a gran escala contra instalaciones militares y nucleares iraníes, lo que provocó una inmediata promesa de represalias por parte de Teherán. Esta nueva escalada en Oriente Próximo agitó los mercados y rompió el respiro alcista que llevaba semanas acumulando el índice español.
Lo que sucedió
La ofensiva israelí sobre Irán disparó las alertas geopolíticas en los mercados. En respuesta a los bombardeos que afectaron a instalaciones estratégicas, Irán prometió venganza inmediata, aumentando la incertidumbre en una región clave para el suministro global de energía. Las bolsas reaccionaron con ventas generalizadas y una estampida hacia activos refugio, mientras el petróleo se encarecía rápidamente.
Este viernes, el IBEX 35 cedía un 1,36 % en las primeras horas de la sesión, situándose en los 13.897,50 puntos. Fue su peor jornada desde el 9 de abril. En términos semanales, el índice perdió un 2,46 %, también el mayor descenso desde principios de ese mes. La corrección fue aún más significativa al considerar que hasta el jueves el selectivo español acumulaba un impresionante avance del 21,5 % en lo que va de año.
El sector bancario fue uno de los más castigados. Santander (BME:SAN) cayó un 2,17 %, BBVA (BME:BBVA) un 1,89 %, y Caixabank (BME:CABK) un 1,81 %, reflejando la elevada sensibilidad de las entidades financieras a los riesgos sistémicos. También bajaron Sabadell (BME:SAB), Bankinter (BME:BKT) y Unicaja Banco (BME:UNI), con retrocesos superiores al 1,4 %. La banca, que venía beneficiándose de los tipos de interés altos, se enfrentó a una nueva ola de aversión al riesgo.
Entre los grandes valores no financieros, Telefónica (BME:TEF) cayó un 0,28 % e Inditex un 1,49 %, mientras que Iberdrola logró resistir con una leve subida del 0,15 %. La excepción positiva fue Repsol (BME:REP), que avanzó un 3,37 %, beneficiada por un repunte del 5 % en el precio del crudo, a medida que el conflicto en Oriente Próximo elevaba el temor a una posible disrupción en el suministro energético.
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Por qué es importante
Los analistas de Bankinter advirtieron que es imposible anticipar si la situación empeorará en los próximos días. La posibilidad de represalias iraníes, incluso contra bases estadounidenses en países petroleros del Golfo, mantiene en vilo a los inversores. En un escenario así, cualquier señal de escalada podría generar nuevas oleadas de ventas y volatilidad.
Además del factor geopolítico, hay un trasfondo técnico: el mercado ya venía acumulando importantes subidas, lo que hacía prever una posible toma de beneficios. En palabras de los analistas, este shock externo puede ser el catalizador que provoque un “reajuste a la baja” necesario, antes de considerar nuevas oportunidades de entrada. No se descarta que, una vez se estabilice la situación internacional, el mercado vuelva a ofrecer precios atractivos.
Sin embargo, es pronto para cualquier predicción optimista. Como apuntan desde el canal de Telegram de Bankinter, “eso es adelantar demasiado”. La clave ahora está en observar cómo evolucionan los acontecimientos durante el fin de semana. Todo está en juego, y la calma puede ser tan efímera como una tregua mal calculada. En este clima, cada hora cuenta… y cada titular tiene peso de plomo.
Imagen: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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