Banco Sabadell (BME:SAB) ha levantado el velo sobre uno de sus secretos mejor guardados en plena batalla de la opa lanzada por BBVA (BME:BBVA): la participación de los accionistas minoritarios. Josep Oliu, presidente de la entidad catalana, reveló que estos pequeños inversores representan hoy un 41 % del capital, frente al 48 % que tenían justo antes del lanzamiento de la oferta en mayo de 2024. El descenso, de algo más del 18 % en 16 meses, refleja un reacomodo natural en un contexto de fuerte revalorización en bolsa.
La subida del 85 % en la cotización del Sabadell desde mayo del año pasado ha motivado a muchos minoristas a vender y recoger beneficios, mientras los inversores institucionales han tomado posiciones. Este movimiento no necesariamente debilita al banco, pero introduce un factor de incertidumbre: el voto disperso de los minoritarios suele ser más imprevisible en operaciones corporativas como una opa.
Aun así, en la sede de Sant Cugat reina cierta calma. La dirección subraya que alrededor del 80 % de estos accionistas son también clientes del banco, con una media de permanencia en el capital de 15 años. Muchos de ellos, además, son empleados con fuerte arraigo en la entidad y en Cataluña. Un grupo que, por su fidelidad, puede convertirse en un muro de contención frente a las intenciones de BBVA.
En paralelo, la estrategia de BBVA suma apoyos clave. El mexicano David Martínez, con un 3,86 % del capital, ha roto la unidad del consejo al confirmar que acudirá a la opa. También Algebris, aunque con una participación mínima. Sabadell teme que este gesto contagie a otros accionistas particulares, mientras que BBVA interpreta la decisión como prueba de que su oferta es atractiva para todos.
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Por qué es importante
La batalla por Sabadell no se libra solo en los despachos de sus directivos, sino también en el corazón de miles de pequeños accionistas. Su peso del 41 % puede ser determinante para el desenlace de la opa: un porcentaje suficientemente grande como para inclinar la balanza, pero lo bastante fragmentado como para introducir incertidumbre en cada decisión de voto.
Los inversores institucionales, que hoy representan un 35 % del capital, también juegan un papel crítico. Muchos de ellos se muestran escépticos ante la oferta de BBVA, al considerarla baja o rodeada de dudas sobre una eventual segunda opa en efectivo. La diferencia de percepciones, entre lo que BBVA presenta como una oportunidad y lo que Sabadell considera una infravaloración, añade tensión a cada movimiento en el mercado.
Al final, todo se reduce a un pulso de confianza. BBVA insiste en que alcanzará el 50 % de aceptación y descarta que esperar una segunda opa tenga sentido, mientras Sabadell defiende que, si llega, tendría que ser a un precio mayor por obligación legal. En ese tira y afloja, la cotización de Sabadell sigue cotizando con prima sobre la oferta, una señal de que el mercado aún no ve el tablero resuelto.
Imagen: JJFarq / Shutterstock.com
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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