Una tormenta eléctrica, en sentido literal y financiero, ha puesto en jaque los resultados semestrales de Repsol (BME:REP). La energética española ha cerrado la primera mitad de 2025 con un beneficio neto de 603 millones de euros, una caída del 62,9 % frente al mismo periodo del año anterior. Aunque algunas áreas del negocio resistieron, el apagón eléctrico de abril y la debilidad de ciertos segmentos empañaron el balance.
Lo que sucedió
Repsol obtuvo un beneficio neto de 237 millones de euros en el segundo trimestre de 2025, lo que supone una caída de 420 millones respecto al mismo periodo de 2024. Esta cifra se ve especialmente afectada por el apagón eléctrico que paralizó parte de la actividad industrial en abril, generando un lastre significativo en sus cuentas.
A pesar de este impacto, el desempeño ajustado, que excluye elementos extraordinarios, alcanzó los 702 millones, apenas 157 millones menos que en el segundo trimestre de 2024. Este dato refleja un cierto equilibrio gracias a la diversificación del negocio y al comportamiento positivo de algunos segmentos.
El área de Exploración y Producción fue la que más aportó, con 439 millones de euros, mejorando incluso los resultados del año pasado. Este crecimiento se debió a mayores precios del gas, reducción de costes e impuestos, aunque fue parcialmente contrarrestado por la caída del crudo y la debilidad del dólar frente al euro.
Sin embargo, el área Industrial sufrió un severo retroceso, con solo 99 millones de euros de resultado ajustado, 189 millones menos que en 2024, debido al apagón y al flojo desempeño en Refino y Química. Mientras, el segmento Cliente registró una mejora hasta los 198 millones, gracias al impulso de las ventas de energía y carburantes.
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Por qué es importante
La fuerte caída en beneficios llega en un momento clave para Repsol, que mantiene firme su apuesta por una estrategia multienergía y una sólida política de retribución al accionista. A pesar del contexto adverso, la compañía ha anunciado una nueva recompra de acciones por valor de 350 millones de euros, elevando a 700 millones el total destinado a este fin en 2025.
Josu Jon Imaz, consejero delegado, defendió el “desempeño resiliente” de la empresa y su capacidad para navegar en un entorno volátil. Su mensaje: la hoja de ruta no cambia. La energética mantiene sus objetivos estratégicos para el año, apoyada en una estructura financiera robusta y una gestión disciplinada del capital.
Además, los accionistas tienen motivos para no perder la sonrisa: el pasado 8 de julio, Repsol abonó un dividendo de 0,5 euros por acción y ya está confirmado otro pago idéntico en enero de 2026. En total, la retribución por título alcanzará los 0,975 euros brutos en el ejercicio actual, un guiño de continuidad pese al bache coyuntural.
Imagen: Shutterstock/Andreas Vogel
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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