La posibilidad de que Banco Santander (BME:SAN) puje por la británica TSB ha vuelto a encender los focos del mercado. Aunque el grupo ya opera en Reino Unido, el movimiento genera dudas en torno a su estrategia global, especialmente después de haber vendido activos en otras regiones. En medio de este pulso, la sombra de BBVA (BME:BBVA) se cuela como un factor decisivo. Y mientras tanto, la cotización de las acciones de Santander baila al compás de la expectativa.
Lo que sucedió
Banco Santander ha reaparecido como potencial comprador de TSB, entidad británica propiedad de Sabadell (BME:SAB). La operación ha resurgido pese a que el grupo español había insinuado que su interés estaba en crecer fuera del Reino Unido, con Estados Unidos como foco estratégico. Incluso se llegó a rumorear que Santander vendería su negocio británico, extremo que fue negado por la propia entidad.
Esta aparente contradicción estratégica se ve matizada por los recientes movimientos del banco. No hace tanto que Santander vendió una parte relevante de su negocio en Polonia, operación por unos 2000 millones de euros. Curiosamente, esa cifra es similar a la que se estima necesaria para hacerse con TSB, lo que sugiere que la entidad está preparada financieramente para este paso.
El gran obstáculo que frena la posible adquisición es la OPA de BBVA sobre Sabadell, la matriz de TSB. Dado que TSB es un activo relevante, su venta podría requerir la aprobación de los accionistas en una junta extraordinaria antes de la resolución del proceso de compra por parte de BBVA, prevista para septiembre.
Esto implica que, si Santander quisiera adquirir TSB, tendría que hacerlo en plena cuenta atrás legal y bajo una gran presión temporal. Ejecutar una venta de ese calibre en mitad de una operación corporativa compleja no es tarea menor… y podría no tener sentido desde el punto de vista estratégico ni regulatorio.
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Por qué es importante
El mercado no ha tardado en reaccionar. Las acciones de Banco Santander han subido un 57 % en lo que va de 2025, y este viernes 20 de junio arrancaron la sesión en 6,88 euros, con una variación positiva del 1,25 %. En términos de volumen, se negociaron 731 385 unidades en la apertura. Estos movimientos sugieren que los inversores interpretan la noticia como una posible apuesta de crecimiento… aunque aún no esté del todo claro el tablero.
Sin embargo, la cotización muestra claros signos de volatilidad. En los últimos 10 días, el precio ha oscilado con 5 subidas y 5 bajadas, un equilibrio que refleja incertidumbre. La volatilidad semanal, situada en el 37,57 %, supera notablemente la anual del 31,79 %. Es un termómetro claro: el mercado está inquieto y expectante ante los pasos del banco.
En cuanto a fundamentos, Santander cuenta con músculo financiero. Su beneficio bruto asciende a 50 800 millones de euros, y su ganancia neta se sitúa en 12 570 millones de euros. Aun así, los dividendos estimados, apenas un 0,0321 %, resultan poco atractivos para los cazadores de rentabilidad fija. Esto podría reforzar el argumento de que el grupo necesita una historia de expansión que seduzca a otro perfil de inversor.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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