Las acciones del Banco Santander (BME:SAN) han vivido una notable recuperación desde el desplome sufrido a principios de abril, tras una apertura fatídica el pasado día 7. A pesar del pánico inicial, la acción logró rebotar con fuerza, dejando atrás un desplome del 15 % para cerrar con menor caída ese mismo día. Desde esos mínimos, el valor ha mostrado un fuerte impulso alcista, recuperando cerca del 38 % en su punto más alto del 10 de abril. Actualmente, se mantiene por encima de la media de 200 sesiones, un indicador técnico clave que refuerza la perspectiva positiva a medio y largo plazo.
Lo que sucedió
El lunes 7 de abril marcó un antes y un después para los inversores del Banco Santander. La sesión abrió con un desplome de más del 15 %, generado por una fuerte presión vendedora que alarmó al mercado. Sin embargo, la cotización logró amortiguar el impacto inicial y cerró con una recuperación notable, sentando las bases para un rebote técnico que sorprendió por su intensidad.
Desde esos mínimos, la acción protagonizó un rally intradía que culminó el 10 de abril, con una subida cercana al 38 % desde el punto más bajo al máximo del día. Este impulso permitió que el título recuperara terreno y se asentara por encima de la media de 200 sesiones, una referencia fundamental que respalda la continuidad de la tendencia alcista.
Actualmente, la cotización se mantiene lejos del soporte clave situado en los 4,6450 euros. Este nivel se presenta como un punto de inflexión crucial: su pérdida podría suponer un cambio de tendencia a la baja, por lo que los analistas mantienen la atención puesta en su resistencia.
Para confirmar una señal de fortaleza, los expertos consideran fundamental superar los 6,3720 euros, que marcaron los máximos intradía del 10 de abril. La ruptura de este nivel despejaría el camino hacia los máximos históricos en los 6,6610 euros, abriendo la puerta a nuevas subidas si el contexto acompaña.
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Por qué es importante
Este miércoles 16 de abril, Banco Santander cerró en 6,02 euros, con un avance del 3,76 % respecto a la apertura. Este movimiento contrasta con la tendencia negativa de los últimos 10 días, donde el valor acumuló 6 sesiones a la baja frente a solo 3 al alza y una jornada estable. La presión bajista reciente podría estar reflejando dudas del mercado o reacciones a factores macroeconómicos.
Además, la volatilidad semanal del título se disparó hasta el 46,38 %, muy por encima del 31,57 % registrado como media anual. Esta elevada variabilidad refleja una etapa de inestabilidad, lo que puede condicionar la confianza de los inversores y dificultar la toma de decisiones a corto plazo, especialmente en un contexto de posibles cambios en la política monetaria o el entorno bancario europeo.
En cuanto a fundamentales, Santander mantiene un rendimiento por dividendo de 0,0394 euros y un beneficio neto de 12 574 millones, respaldado por un sólido beneficio bruto de 63 489 millones. Estos datos confirman que, a pesar de las turbulencias bursátiles, el banco sigue generando resultados robustos, lo que podría fortalecer la percepción del valor como una inversión sólida si logra consolidarse por encima de sus resistencias clave.
Imagen de Dele Oke en Pixabay
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero.
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