La Bolsa española mantendrá su pulso habitual este viernes 25 de julio, desafiando la pausa que muchos ciudadanos tomarán para celebrar el día de Santiago Apóstol. Aunque esta festividad es significativa en amplias zonas del país, el parqué madrileño no se tomará un respiro. Así lo confirma el calendario oficial de Bolsas y Mercados Españoles (BME:BME), reafirmando que el latido financiero no siempre baila al son del calendario festivo.
Lo que sucedió
Este viernes 25 de julio, la Bolsa española operará con normalidad, a pesar de coincidir con la festividad de Santiago Apóstol, una fecha señalada en muchas comunidades autónomas. Así lo establece el calendario de festivos bursátiles publicado por Bolsas y Mercados Españoles (BME), que mantiene abierta la sesión durante esta jornada.
El último cierre bursátil se produjo el pasado 1 de mayo, Día del Trabajo, cuando tanto la Bolsa española como la mayoría de los mercados europeos cesaron su actividad por tratarse de una jornada laboralmente reconocida. Antes de esa fecha, el mercado también permaneció cerrado el 1 de enero (Año Nuevo), así como los días 18 y 21 de abril, correspondientes al Viernes Santo y al Lunes de Pascua.
En total, de los seis festivos contemplados por BME para este 2025, ya se han completado cuatro. Esto implica que el calendario bursátil entra ahora en una larga etapa sin interrupciones, al menos hasta finales de año.
Los próximos cierres previstos no llegarán hasta Navidad, el 25 de diciembre, y el día siguiente, el 26 de diciembre. Por su parte, el 24 de diciembre (Nochebuena) y el 31 (Fin de Año) habrá media sesión, con cierre a las 14:00 horas, como ocurrió también en 2024.
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Por qué es importante
La decisión de mantener la Bolsa abierta el 25 de julio tiene un impacto práctico para miles de profesionales que dependen del ritmo continuo del mercado. Desde gestores de fondos hasta traders independientes, la continuidad operativa garantiza que no se pierdan oportunidades ni se acumulen tensiones en la cadena de valor financiera.
También pone de manifiesto una tendencia clara: los mercados financieros tienden cada vez más a sincronizar sus ritmos con los flujos globales, más que con los festivos locales. En un ecosistema interconectado, un día sin cotización puede equivaler a perder el compás del resto del mundo. Por eso, incluso en un día como Santiago Apóstol, los operadores seguirán delante de sus pantallas, aunque muchos estén en la playa o de excursión.
Curiosamente, esta política de apertura selectiva también refleja el equilibrio que busca BME entre eficiencia y sensibilidad cultural. De los seis festivos establecidos, los que se mantienen inamovibles suelen coincidir con fechas de consenso europeo. Las medias sesiones del 24 y 31 de diciembre, por ejemplo, ofrecen un respiro sin romper del todo el flujo del mercado. Una forma de decir: “paramos un poco, pero no del todo”.
Imagen cortesía de la galería multimedia del BME
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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