En una revelación no tan sorprendente, se ha presentado una demanda acusando al popular modelo de inteligencia artificial de OpenAI, ChatGPT, de utilizar la información personal de los consumidores para mejorar.
¿Qué sucedió con ChatGPT?
Se ha presentado una demanda colectiva contra OpenAI, el creador de ChatGPT, por supuestamente llevar a cabo una operación clandestina al recopilar “vastas cantidades” de información personal de Internet sin consentimiento, incluyendo libros, artículos, sitios web y publicaciones, en la supuesta búsqueda de beneficios a expensas de las leyes de privacidad, según informó Bloomberg.
La demanda llegó apenas unos meses después de que la compañía liderada por Sam Altman lanzara una función de “modo incógnito” para asegurarse de que el chatbot conversacional se abstuviera de guardar los registros de conversación de los usuarios o de aprovecharlos con el fin de mejorar las capacidades de la tecnología de inteligencia artificial.
¿Qué dice la demanda contra OpenAI?
La extensa demanda de 157 páginas acusa a OpenAI de recolectar secretamente 300.000 millones de palabras de internet, incluyendo información personal obtenida sin consentimiento.
Los demandantes, representados por el Bufete de Abogados Clarkson, argumentan que OpenAI violó las leyes de privacidad al involucrarse en lo que describen como “robo” en lugar de seguir los protocolos establecidos para la compra y uso de información personal.
La demanda estima posibles daños por 3.000 millones de dólares, citando el daño causado a millones de personas afectadas por las presuntas acciones de OpenAI. También incluye a Microsoft Corporation (NASDAQ:MSFT) como demandado.
Por qué es importante
A medida que la tecnología de IA continúa prosperando, también han aumentado las preocupaciones sobre el uso de datos de usuario para mejorar los modelos de IA. A principios de este año, la administración de Biden insinuó la realización de una mayor escrutinio sobre el manejo de grandes cantidades de datos de usuario.
En marzo de 2023, Italia se convirtió en el primer país occidental en prohibir ChatGPT. Más tarde, el país permitió que OpenAI reanudara el servicio, aunque con algunas condiciones, incluyendo otorgar a los usuarios el derecho a objetar el procesamiento de datos.