Si tenemos en cuenta todas las sanciones que Occidente ha ido poniendo a Rusia en el contexto de la guerra de Ucrania, incluido el precio máximo del petróleo de 60 dólares por barril, el país habría perdido ya más de la mitad del volumen físico de sus antiguas ventas de gas a Europa, mientras que los precios del gas en el continente han vuelto a los niveles anteriores a febrero.
Todo esto podría provocar que Rusia perdiera 50.000 millones de dólares en negocios anuales en el 2023, según cuenta un artículo de opinión de Timothy Ash, miembro asociado de Chatham House, publicado en el sitio web de CEPA.
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Ash señaló que si el petróleo ruso continúa comerciando con un descuento del 30-40% con respecto al Brent, los ingresos de Rusia procedentes de las exportaciones de petróleo podrían disminuir otros 100.000 millones de dólares. “Posiblemente eso supondría una pérdida total de 150.000 millones de dólares este año”, sentenció.
La reducción de los ingresos por exportaciones de energía también ralentizará el crecimiento del PIB real más amplio de Rusia, lo que supondrá un doble golpe en el aspecto fiscal, puesto que los ingresos fiscales también disminuirán, argumenta.
Por otro lado, Ash también señaló que aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, crea que Europa va a acabar doblegándose ante sus tácticas energéticas, hay cinco cosas en las que se ha equivocado.
1. La subida de los precios generó una sorprendente respuesta de la demanda. El consumo de gas alemán ha bajado alrededor de un 25%, según asegura.
2. Hasta ahora, las temperaturas han sido relativamente suaves durante el invierno en la Europa occidental, pero, irónicamente, está siendo duro en la propia Rusia.
3. La solidaridad de Occidente se mantuvo fuerte y Europa logró obtener fuentes de energía alternativas.
4. A pesar del gran debate que hubo entre los aliados occidentales, finalmente se llegó a un acuerdo sobre el precio máximo del barril de petróleo (60 dólares).
5. La guerra de Ucrania ha afectado negativamente al crecimiento mundial y a la demanda de materias primas, y el petróleo y la energía se han visto especialmente impactados.
Ash sostiene que el hecho de que la demanda global se haya visto afectada agravará las pérdidas de volumen en Rusia y afectará a los precios. “El resultado general será un duro golpe para la estabilidad macroeconómica de Rusia, lo que acelerará el declive y el malestar económico a largo plazo de Rusia”, escribió Ash.
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