El SPDR S&P 500 ETF Trust (NYSE:SPY) volvió a perder terreno el martes y los inversores intentan obtener una visión clara del impacto que tendrá la variante ómicron de la Covid-19 sobre la economía global.
Debilidad a corto plazo
La variante ómicron fue uno de los principales temas que se trataron el martes en el evento virtual de prensa BNP Paribas 2022 Global Outlook. Luigi Speranza, economista jefe de BNP, afirmó el martes que la aparición de una nueva variante de Covid no cambia de manera significativa el pronóstico alcista a medio plazo de la empresa para la economía global.
“Nos inclinamos a pensar que los acontecimientos recientes son netamente negativos para el crecimiento, pero más ambiguos para la inflación”, declaró Speranza.
“El alcance del impacto dependerá de la transmisibilidad, la virulencia y, fundamentalmente, de la capacidad de la variante ómicron para resistir a las vacunas, que son aspectos que no conoceremos hasta dentro de un par de semanas”.
Como resultado, Speranza señaló que es poco probable que los activos de riesgo vuelvan a los máximos recientes a corto plazo y que, en el peor de los casos, una gran emergencia sanitaria mundial obviamente sería un desastre para los inversores.
La buena noticia a corto plazo es que Speranza cree que la reciente venta masiva provocada por ómicron en algunos mercados globales probablemente esté haciendo que los precios se fijen como si fuese a darse el peor de los casos y eso podría crear oportunidades de compra para los inversores selectivos.
Las cifras
Por último, Speranza afirmó que los brotes anteriores sugieren que es poco probable que, llegados a este punto, el mundo pueda frenar la propagación de esta nueva variante. Las cifras de casos suelen actuar de espejo retrovisor del brote, y Speranza añadió que probablemente no se consiga controlar ómicron a pesar de abordarse con una respuesta rápida y contundente.
“Por lo tanto, damos por hecho que es probable que la nueva variante ya esté lo suficientemente extendida como para representar un problema global durante las próximas semanas”, explicó.
Pese a las preocupaciones que suscita ómicron a corto plazo, BNP sigue siendo optimista sobre el pronóstico global de la economía para 2022. La empresa prevé un crecimiento del PIB mundial del 4,8% en 2022 y un crecimiento del 3,8% en 2023. Sin embargo, el optimismo de BNP no se extiende a China, que según Speranza podría tener dificultades para alcanzar el objetivo de crecimiento del PIB del 5,3% para 2022 de BNP.
La opinión de Brusuelas
BNP no es la única empresa que sopesa el potencial impacto de ómicron. Joseph Brusuelas, economista jefe de RSM US LLP, ha comentado esta semana que sigue proyectando al menos un crecimiento del 4% del PIB de EE.UU. en 2022 y una tasa de desempleo de solo el 3,5%.
“Todo esto sucederá a medida que la inflación vaya bajando lentamente de lo que creemos que será un máximo cercano al 7% en 2021 hasta aproximadamente el 3% a finales de 2022, lo que creará las condiciones propicias para una política monetaria más estricta y un crecimiento del 2,5% en 2023”, escribió Brusuelas.
“Aunque los posibles resultados de la variante ómicron son muy variados, no vemos la necesidad de modificar nuestro pronóstico de crecimiento del 7,2% para el cuarto trimestre ni la tasa para 2022”.
De hecho, Brusuelas predice que el crecimiento económico y la inflación se mantendrán lo suficientemente elevados como para que la Reserva Federal aumente el ritmo de tapering de 15.000 millones a 30.000 millones de dólares al mes en su reunión de diciembre.
La opinión de Benzinga
Los inversores ya han vivido algo similar anteriormente. Siempre y cuando ómicron no sea significativamente más letal que las variantes anteriores y/o extremadamente resistente a las vacunas existentes, lo más probable es que los impactos negativos sobre la economía y el mercado sean temporales.