En lo que respecta a las inversiones, la mayor parte del enfoque se suele poner en encontrar las acciones adecuadas para comprar. Sin embargo, saber cuándo y por qué vender una acción es igual de crítico para alcanzar el éxito en tu plan financiero a largo plazo.
Una estrategia bien pensada para vender inversiones puede ayudarte a optimizar tu cartera, minimizar riesgos y garantizar que tus objetivos financieros se mantengan en la senda adecuada.
Aquí tienes cuatro factores que un inversor debería tener en cuenta a la hora de determinar “cuándo” y “por qué” ha llegado la hora de vender una acción.
1. Tu tesis de inversión ha cambiado
Como suelen hacer todos los buenos inversores, compras cada acción de tu cartera después de realizar una debida diligencia, sopesando los pros y los contras y evaluando las ventajas potenciales. ¿Ha cambiado esa visión para una o más de ellas?
Pueden haber muchos factores que inciten un cambio en tu tesis de inversión, así que mantén la vista en los fundamentos de la empresa. Tal vez la empresa haya perdido su ventaja competitiva (Netscape, Yahoo), tal vez la demanda de sus productos esté disminuyendo (Kodak, Polaroid), tal vez su tecnología se esté volviendo obsoleta (Blackberry, Motorola), tal vez su modelo de negocio no esté innovando (Blockbuster, Tower Records), etc. La lista es larga.
Si parece que los beneficios de tu tesis original se ralentizan o han desaparecido por completo, es probable que la acción sea una candidata a la venta para que puedas reinvertir ese capital en una inversión diferente.
2. Hay oportunidades más atractivas en otro lugar
Cada vez que inviertes en una acción, estás tomando una decisión que excluye otras oportunidades de inversión. Esta elección representa un coste de oportunidad, o los beneficios potenciales que te pierdes al elegir una acción sobre otra. Al evaluar tu posición actual, considera si sus perspectivas siguen siendo lo suficientemente convincentes como para seguir renunciando a otras inversiones prometedoras.
Dado que tu capital de inversión es limitado, incluso una acción que esté funcionando bien podría no ser la forma óptima de utilizar tu dinero si surgen oportunidades mejores en otros lugares. Si las perspectivas de tu inversión actual empiezan a desvanecerse en comparación con otras opciones alternativas, podría ser sabio vender y reasignar tu capital a donde pueda trabajar más duro por ti.
3. Necesitas tener acceso a tu capital
El objetivo de tener una cartera de inversión es acumular riqueza para que esté disponible para proporcionarte efectivo cuando lo necesites. Si ese momento ha llegado (o llegará pronto), y necesitas más dinero del que tienes en tu cuenta corriente y otros activos líquidos, podría ser el momento de vender.
Por lo general, no es una buena idea invertir en el mercado de valores con dinero que planeas necesitar en los próximos uno o dos años. Verse obligado a vender en un mercado a la baja para obtener efectivo no es una experiencia agradable. Vende en los términos que dictes tú, no el mercado.
4. Las condiciones del mercado te están quitando el sueño
Para el inversor a largo plazo, no considero que la volatilidad de los precios sea una buena razón para vender acciones. Sin embargo, sí creo que la volatilidad combinada con tu temperamento debe tenerse en cuenta en tu plan financiero dinámico.
¿Te sientes cómodo con tu nivel de exposición al mercado de valores? ¿Y si el mercado cayera un 30%? Si la caída te creara ansiedad y te quitara el sueño, es probable que tengas demasiado valor de tu cartera en acciones. Ya sea que esta sobreasignación sea resultado de altos rendimientos de las acciones o de simplemente poner demasiado dinero nuevo en acciones, deberías revisar tu plan general y, si así lo eliges, reequilibrar tu cartera vendiendo parte de tu asignación de acciones.
Hay un poco de sabiduría en el adagio de las inversiones “vende hasta que te den ganas de dormir”, especialmente si estás cerca de la jubilación.
¿Vender ganadores o perdedores?
Si después de completar tu diligencia y revisión de tu plan financiero determinas que necesitas vender algunas acciones, pero ninguna en particular destaca, ¿cómo eliges cuáles dejar?
Es probable que hayas escuchado o seguido este atajo en el pasado: “No estoy contento con el rendimiento de esta acción. Es un perdedor, así que voy a venderla”. Es una decisión fácil, pero no necesariamente la mejor.
Cuando etiquetamos una acción como un “ganador” o un “perdedor”, tomamos esa determinación basándonos en el rendimiento pasado de la inversión. Pero como sabemos por el omnipresente descargo de responsabilidad: el rendimiento pasado no garantiza resultados futuros.
Es útil cambiar de perspectiva. En lugar de evaluarlo basándote únicamente en el rendimiento pasado, considera también las perspectivas de la acción para entregar resultados en el futuro. Es importante saber cómo llegamos al precio de las acciones de hoy, pero lo que más importa es hacia dónde se dirige su valor mañana.
Querrás quedarte con las acciones que tienen mayor potencial al alza, independientemente de si se les etiqueta como ganadores o perdedores hasta la fecha. Aquellas con menos potencial de cara al futuro son tus candidatas a vender.
Ten esto en cuenta
Unas palabras de precaución: nunca deberías vender una acción sin antes considerar las implicaciones fiscales de la venta propuesta. Nunca tomes decisiones de compra o venta en un vacío.
Vender una acción es una decisión significativa que requiere una cuidadosa consideración de varios factores, desde tu necesidad de liquidez hasta los cambios en tu tesis de inversión. Al enfocar la venta de acciones con la misma diligencia y el mismo pensamiento estratégico que utilizarías al realizar la compra, puedes garantizar que tus acciones se alineen con tus objetivos y tu plan financiero.
Recuerda que la decisión de vender debería estar informada por hacia dónde se dirige la acción y no solo por su historial. En última instancia, un enfoque bien planificado para vender acciones puede ayudarte a mantener una cartera equilibrada y resistente que respalde tu viaje hacia la independencia financiera.
En una vieja canción de Kenny Rogers, “The Gambler”, habla de póker y de la vida. La letra es igual de cierta para los inversores:
Debes saber cuándo mantenerlas. Debes saber cuándo soltarlas. Debes saber cuándo retirarte. Y debes saber cuándo huir
Este artículo es de un colaborador externo no remunerado. No representa ninguna noticia de Benzinga y no ha sido editado por su contenido o precisión.
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