Después de lograr el éxito con sus franquicias X Factor y Got Talent, Simon Cowell pasó ocho años en American Idol diciéndoles a los concursantes que iban a Hollywood.
Antes de eso, a los 28 años, el multimillonario se encontraba en bancarrota y viviendo con sus padres.
El magnate de la música comenzó en la industria muy joven y tuvo éxito en sus primeros 20 años como consultor y cazatalentos de artistas y repertorio (A&R). Sin embargo, a sus veintilargos, Cowell aprendió una valiosa lección sobre cómo gestionar el dinero.
Las sabias palabras de Simon Cowell
“Una vez empecé a ganar un poco de dinero, hice todo lo que haría un joven A&R”, declaró el empresario británico en Advertising Week Europe, según la CNBC. “[Me compré] un Porsche, me compré una casa que no podía pagar”, relató en el evento. “Sobre lo que no aprendí fue sobre las tarjetas de crédito”.
Aunque Cowell estaba relativamente bien financieramente en ese momento, se estaba gastando demasiado dinero y pidiendo demasiado prestado.
“Para cuando cumplí los 28 años, estaba pelado de dinero. Tuve que volverme a vivir a casa de mis padres. Estaba prácticamente en bancarrota”, explicó Cowell, según el medio.
A Cowell le llevó alrededor de una década alcanzar su próximo gran éxito. Incorporó a la banda irlandesa masculina Westlife y a la banda británica masculina Five a su sello discográfico, S Records (ahora Syco Entertainment). Estar al borde de la bancarrota le enseñó una valiosa lección: “Me enseñó que estaba corriendo demasiado. Quería tenerlo todo de la noche a la mañana”.
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