En la película de éxito de 2013 “El lobo de Wall Street”, el actor Jonah Hill supuestamente recibió solo 60.000 dólares por su papel como Donnie Azoff, quien sirve como mano derecha de Jordan Belfort interpretado por Leonardo DiCaprio.
Mientras que DiCaprio ganó 10 millones de dólares por su papel, el cheque de Hill solo cumplió con los requisitos mínimos establecidos por el Screen Actors Guild (SAG). Según la BBC, la cantidad fue antes de impuestos y comisiones.
A pesar de la disparidad, la película logró un gran éxito. “El Lobo de Wall Street” obtuvo seguidores cultos debido a su narrativa visceral, actuaciones dinámicas y mirada inquebrantable a los excesos de la cultura de Wall Street a finales de los años 80 y principios de los 90. Su narrativa absorbente y temas provocativos lo han convertido en objeto de extensas discusiones y debates, convirtiéndolo en un éxito moderno en el portafolio de Hollywood.
La decisión de Jonah Hill de aceptar la cantidad mínima en “El Lobo de Wall Street” no fue un acto de resignación ni una señal de su supuesto valor en Hollywood. Al contrario, para el año 2014, ya había obtenido elogios de la crítica y el aprecio del público por sus papeles en “Superbad”, “Moneyball” y varias otras comedias. El actor había logrado un nivel de seguridad y reputación en su carrera que debería haberle permitido exigir un salario de siete cifras, especialmente al compartir pantalla con una superestrella como DiCaprio.
Sin embargo, Hill eligió intencionalmente el camino de menor recompensa financiera para realizar su sueño de trabajar con el icónico director Martin Scorsese. Scorsese, considerado ampliamente uno de los mejores cineastas en la historia del cine, tiene un talento para obtener actuaciones que definen carreras de sus actores. Su genio como director no solo radica en su narrativa visual, sino también en su habilidad para construir una relación con su elenco y equipo de producción. La habilidad relacional juega un papel significativo en cómo Scorsese crea sus narrativas cinematográficas, a menudo a través de colaboraciones profundas con miembros clave de su equipo de producción.
Hill expresó sus sentimientos al aceptar el mínimo de SAG en una entrevista de 2014 con “The Howard Stern Show”. Aclaró que su decisión “no era por el dinero” y que estaba más que dispuesto a firmar los papeles antes de que alguien tuviera la oportunidad de cambiar de opinión. Incluso llegó a decir: “Vendería mi casa y le daría todo mi dinero para trabajar con él”.
Esta decisión eventualmente tuvo un gran éxito tanto artístico como profesional para Hill, quien luego recibió una nominación al Premio de la Academia como Mejor Actor de Reparto por su papel en “El Lobo de Wall Street”. La película en sí se convirtió en un fenómeno cultural, y la actuación de Hill fue elogiada como destacada.
Para Jonah Hill, los 60.000 dólares se convirtieron en algo más que un salario. Fue una inversión en una experiencia que valoraba mucho más que el dinero: la oportunidad de trabajar bajo la guía de un director al que venera. Al hacerlo, expuso una poderosa declaración sobre las recompensas intangibles de la pasión y la dedicación, demostrando que a veces, las mejores decisiones se toman cuando el corazón lidera el camino.
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