LONDRES, 28 de julio de 2023 /PRNewswire/ — Hay minerales y recursos naturales más que suficientes para que un sistema global de energía que no emita carbono funcione sin problemas. De esta forma, el medio ambiente sufrirá mucho menos que en un mundo como el actual, donde imperan los combustibles fósiles. Sin embargo, tal y como apunta la Comisión de Transición Energética (Energy Transitions Commission) en su último informe, «Material and Resource Requirements for the Energy Transition» (Requisitos de materiales y recursos para la transición energética), para satisfacer una demanda que no deja de crecer, se necesitan grandes inversiones y un apoyo político firme que aseguren el crecimiento rápido y sostenible del suministro de ciertos minerales clave durante la próxima década.
La economía con cero emisiones netas del futuro traerá consigo un acentuado incremento en la oferta y demanda de electricidad: pasaremos de aproximadamente 28.000 TWh en 2022 a más de 100.000 TWh para 2050. Esto requerirá del aprovechamiento al máximo de la energía solar y eólica, ampliar de forma considerable las redes de transmisión eléctrica e impulsar como nunca antes la producción de baterías, vehículos eléctricos y electrolizadores para la producción de hidrógeno.
Este nuevo sistema energético requerirá importantes recursos terrestres (principalmente para los parques solares fotovoltaicos) e hídricos (para el sistema energético, la captura de carbono y una amplia gama de procesos de extracción y refinado). Aun así, las necesidades totales de tierra y agua son parecidas a las del sistema actual de combustibles fósiles, las cuales suponen menos del 3 % de los recursos utilizados por la agricultura en todo el mundo.
Es cierto que con la construcción de este nuevo sistema se generarán ciertas emisiones de CO2: la primera generación de cualquier energía limpia tendrá que construirse con el uso de energías fósiles. No obstante, la producción de materiales para acelerar esta transición energética generará unas emisiones totales acumuladas a lo largo del ciclo de vida de entre 15 y 30 GtCO2, en comparación con las aproximadamente 40 GtCO2 que el sistema de energías fósiles actual genera cada año. Mientras que el primer modelo avanzará hacia las cero emisiones a medida que se descarbonicen los sectores de extracción y refinado, el sistema de combustibles fósiles seguiría generando emisiones eternamente si no consumamos la transición a un nuevo sistema.
Así que, si bien hay que gestionar con precaución las necesidades de agua y recursos terrestres (sobre todo en zonas con alta densidad de población o que sufran escasez de agua) y reducir al mínimo las emisiones del ciclo de vida para la producción de materiales, los mayores problemas a los que se enfrenta el cambio de paradigma energético tienen que ver con los minerales y los materiales necesarios.
La escala de materiales que requiere la transición energética
Entre 2020 y 2050, la transición energética podría necesitar la producción de 6.500 millones de toneladas de materiales de uso final, de las cuales el 95 % serían acero, cobre y aluminio. Aunque en cantidades mucho menores, también habría que utilizar materiales y minerales transcendentales, como el litio, el cobalto, el grafito o tierras raras. En términos acumulativos, estaríamos por debajo de los 8 mil millones de toneladas anuales que se extraen hoy en día solo de carbón.
Ninguna de las materias primas que fomentarían la transición global a una economía sin emisiones sufre escasez: los recursos geológicos para todos los materiales clave superan la demanda total acumulada prevista entre 2022 y 2050, bien procedan de la transición energética o de otros sectores. Por tanto, los principales retos a los que nos enfrentamos son los siguientes:
- Aumentar el suministro lo suficientemente rápido como para descarbonizar la economía mundial al ritmo necesario.
- Asegurar que la extracción de los materiales decisivos se lleva a cabo de manera sostenible y responsable y que reduzca al máximo su repercusión medioambiental.
«Hay recursos y minerales suficientes en el planeta como para poner en marcha una transición energética. Eso sí, en el caso de algunos minerales clave, sobre todo el litio y el cobre, será complicado aumentar el suministro lo suficientemente rápido en la próxima década para satisfacer una demanda que no deja de crecer. Los gobiernos, los organismos reguladores, los productores y los consumidores deben aunar fuerzas para reciclar más, mejorar la eficiencia de los materiales, invertir en nuevas formas de extracción y regular las normas ambientales y sociales», comenta Adair Turner, presidente de la Comisión de Transición Energética (ETC).
El aumento rápido de la demanda podría traducirse en una escasez de recursos durante la próxima década si no se logra resolver cuatro problemas principales
Si no se toman cartas en el asunto para mejorar la eficiencia de los materiales y aumentar el reciclaje y el volumen de las extracciones, podría haber carencias significativas de seis materiales esenciales para la transición energética, incluyendo el litio, el níquel, el grafito, el cobalto, el neodimio y el cobre. Como consecuencia, crecería el riesgo de que los elevados costes retrasen este cambio de paradigma.
Para reducir este peligro y aumentar el suministro de manera rápida y sostenible, se deben llevar a cabo las siguientes cuatro acciones:
- Construcción de nuevas minas y ampliación rápida del suministro de los materiales existentes: los proyectos de extracción a gran escala pueden durar entre 15 y 20 años, y durante la última década se ha invertido menos en la exploración y la producción relacionadas con los materiales indispensables para la transición energética. Las principales soluciones son agilizar los plazos, aumentar el rendimiento de las minas, actualizar los sondeos geológicos y mejorar el intercambio de datos a nivel internacional. Las inversiones de capital en metales importantes para la transición energética (excepto los minerales ferruginosos y el oro) deben aumentar de los 45.000 a unos 70.000 millones de dólares estadounidenses anuales en 2030.
- Establecimiento de un suministro más diverso y seguro: La extracción de ciertos materiales clave está muy concentrada (por ejemplo, el 70 % de la producción de cobalto procede de la República Democrática del Congo) y China es el país donde más se refinan prácticamente todos los materiales esenciales. Las empresas y los países deben intentar crear cadenas de suministro con mayor diversidad geográfica y, por su parte, los gobiernos de los países desarrollados deben eliminar los obstáculos que impiden el desarrollo de las actividades de extracción y refinado dentro de sus fronteras. El objetivo debe ser diversificar y eliminar los riesgos en la producción, no desvincularse del todo.
- Producción de materiales sostenible y responsable: Entre los principales retos figuran la intensidad de la producción del carbono y del agua, la reducción de los grados de los minerales y la producción de rocas estériles, la deforestación indirecta y los efectos de la minería sobre la biodiversidad en regiones tropicales y las repercusiones sociales en las comunidades mineras locales, incluidos los problemas en materia de derechos humanos, normativa laboral y evasión fiscal. Para abordar estas cuestiones, las empresas deben adoptar sus mejores prácticas impulsadas por una estricta normativa sobre la intensidad del carbono y el impacto ambiental. La aplicación de estándares voluntarios y el seguimiento de la cadena de suministro también pueden contribuir a aumentar la supervisión y la transparencia.
- Reducción de la presión en el suministro primario: Tomar medidas decisivas para fomentar el desarrollo tecnológico, mejorar la eficiencia de los materiales y reciclar más puede ayudar a reducir la demanda acumulada de la mayoría de los materiales entre un 20 % y un 60 % para 2050. Asimismo, innovación tecnológica desempeña un papel clave para minimizar las faltas de suministro a corto plazo. El reciclaje también jugará un papel relevante de 2040 en adelante, cuando las tecnologías de energía limpia puestas en marcha se aproximen al final de su vida útil.
«La Comisión de Transición Energética ha hecho de nuevo un brillante análisis al respecto. Demuestra que el impacto medioambiental de las energías renovables es notablemente inferior al provocado por los combustibles fósiles, que contamos con los minerales suficientes para llevar a cabo una revolución renovable y que no hay obstáculos insalvables para el cambio», afirma Kingsmill Bond, director del equipo estratégico del Rocky Mountain Institute.
«Los minerales son decisivos, pero debemos extraerlos como si no lo fueran. La demanda crecerá drásticamente en las próximas décadas y debemos marcarnos como objetivo común satisfacerla salvaguardando el bienestar de las personas y el planeta. El informe de la Comisión de Transición Energética ofrece análisis y datos clave sobre los materiales y recursos necesarios que ayudarán a las principales partes interesadas y a la industria a asegurar las condiciones adecuadas y el suministro de los materiales necesarios para la transición energética al tiempo que mejora la contribución de nuestro sector al desarrollo sostenible», comenta Rohitesh Dhawan, Presidente y CEO del International Council on Mining & Metals (Consejo Internacional de Minería y Metales).
La elaboración del informe «Material and Resource Requirements for the Energy Transition» no habría sido posible sin la colaboración de miembros de la ETC de toda la industria, instituciones financieras y organizaciones defensoras del medio ambiente, como Arcelor Mittal, BloombergNEF, EBRD, HSBC, Iberdrola, Impax, National Grid, Rio Tinto, Rocky Mountain Institute, Schneider Electric, Volvo Group, the World Resources Institute, Worley and Ørsted.
Este informe constituye una opinión colectiva de la Comisión de Transición Energética. Sus miembros apoyan la tónica general de los argumentos vertidos en este documento, pero no tienen por qué estar de acuerdo con todos y cada uno de los hallazgos o recomendaciones. No se ha solicitado a las instituciones a las que están afiliados los miembros de la comisión que respalden formalmente este informe.
Para leerlo en su totalidad, acceda al siguiente enlace: https://www.energy-transitions.org/publications/material-and-resource-energy-transition
Notas para los editores
Para saber más sobre la Comisión de Transición Energética, vaya a: https://www.energy-transitions.org
Para consultar el informe y las fichas técnicas de las materias primas fundamentales que lo complementan, acceda al siguiente enlace: https://www.energy-transitions.org/publications/material-and-resource-energy-transition
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