BEIJING, 3 de junio de 2021 /PRNewswire/ — China ha alcanzado notables logros en la lucha contra la corrupción desde el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en 2012. El país ha tomado una serie de medidas para garantizar que los servidores públicos “no osen ser, no puedan ser y no quieran ser corruptos”.
Más allá de castigar a funcionarios corruptos y de fortalecer la institucionalidad para prevenir la corrupción, China ha puesto especial énfasis en el papel de la educación en su campaña anticorrupción.
En la sexta sesión plenaria de la XVIII Comisión Central de Inspección Disciplinaria del PCCh, en enero de 2016, Xi Jinping, Secretario General del Comité Central del PCCh, afirmó que: “Para gobernar integralmente el Partido mediante las disciplinas más estrictas no solo debemos centrarnos en estandarizar los castigos, sino también en mantener estrictamente la esencia de las disciplinas”.
Y añadió: “Más importante aún, debemos guiar a las personas para que den lo mejor de sí y desempeñen un papel pionero en lo que respecta a los ideales, las creencias y la moral”.
Xi, también presidente de China, citó un poema del pensador chino Gong Zizhen (1792-1841) para enfatizar el mensaje: “Conquista tu mente y conquistarás el cielo”.
Aspiración original
Para ayudar a los funcionarios del PCCh a conquistar su mente y hacer que “no quieran ser corruptos”, el liderazgo del Partido ha instado, en repetidas ocasiones, a mantenerse fiel a la aspiración original y a la misión con las que se fundó el PCCh, es decir, la búsqueda de la felicidad del pueblo chino y la revitalización de la nación china.
En junio de 2019, se lanzó una campaña educativa a nivel nacional bajo el tema “mantenerse fiel a nuestra misión fundacional” con el objetivo de fortalecer el mensaje entre los 90 millones de miembros del PCCh.
En una reciente entrevista con CGTN, Alessandro Teixeira, economista brasileño y profesor de políticas públicas en la Universidad Tsinghua, subrayó la importancia de la educación en la lucha contra la corrupción.
Según Teixeira, el castigo y la disuasión no son suficientes para prevenir la corrupción. “Creo que debe darse un proceso educativo”, aseguró Teixeira. “Se necesita educar a la sociedad”, concluyó.
Y añadió: “Y creo que eso es, precisamente, lo que los chinos han intentado hacer, disponer de una educación moral no sólo entre los funcionarios del Partido, sino sobre el pueblo en su conjunto”.
Mejora de la concienciación pública
Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh, el liderazgo del Partido ha puesto de relieve un buen número de conceptos bien conocidos relacionados con la lucha contra la corrupción, indicando la determinación del liderazgo de abordar un problema profundamente arraigado e impulsar un consenso social contra la corrupción.
El 15 de noviembre de 2012, tras ser elegido Secretario General del Comité Central del PCCh, Xi aseguró que “se necesita un buen herrero para hacer un buen acero”, citando un popular proverbio chino para explicar la importancia de la construcción del Partido. Significa que solo si uno se comporta con honradez puede esperar que los demás hagan lo mismo. Este proverbio se convirtió en un eslogan icónico para instar a los funcionarios del Partido a mantenerse limpios.
Otros conceptos anticorrupción incluyen abordar las cuatro formas de decadencia (formalismo, burocratismo, hedonismo y extravagancia); tomar acciones decisivas para mejorar la conducta de los funcionarios del Partido y el Gobierno (la llamada decisión de ocho puntos del Comité Central del PCCh); cazar a los “tigres” (funcionarios de alto rango corruptos) y aplastar a las “moscas” (funcionarios de bajo rango corruptos) y, al mismo tiempo, adoptar una actitud de tolerancia cero contra la corrupción.
Estos conceptos, junto con los informes de los medios de comunicación sobre las investigaciones anticorrupción, han hecho aumentar de forma considerable la concienciación pública sobre la cuestión.
Fórmula de tres frentes
La educación es un importante aspecto de la fórmula de tres frentes de China para combatir la corrupción, junto con el castigo estricto y la construcción institucional.
En 2020, los órganos de inspección disciplinaria y de control a lo largo del país investigaron cerca de 618.000 casos de corrupción, que conllevaron el castigo de 604.000 personas, según un informe del principal órgano anticorrupción de China.
El país también ha fortalecido la construcción institucional en la lucha contra la corrupción para “confinar el ejercicio del poder en una jaula institucional”.
Un paso clave fue la reforma del sistema de supervisión nacional, que dio origen al establecimiento de las comisiones de supervisión a nivel nacional, provincial, municipal y de distritos. Estas comisiones son capaces de supervisar a todo aquel que trabaje en el sector público y que ejerza un poder público, incluyendo aquellos que no son miembros del PCCh y que no trabajan en el Gobierno.
Todos estos esfuerzos han asegurado una victoria arrolladora contra la corrupción. Según el profesor Teixeira, “la adopción de una serie de medidas en áreas como la educación y la investigación, respecto a la naturaleza de la corrupción, junto con la cooperación internacional”, hacen que China se esté convirtiendo “en uno de los países líderes” en la lucha contra la corrupción.
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