A cuatro días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el debate se va calentando, y así el ánimo de quienes apoyan al presidente saliente Emmanuel Macron, se va alineando frente a una Marine Le Pen que ve crecer día tras día las bases de consenso.
Emmanuel Carrère votará por una derecha inclusiva
Hoy se ha publicado una entrevista de Aldo Cazzullo con Emmanuel Carrère en el medio italiano Corriere della Sera. En ella, el reconocido escritor francés, declara abiertamente su apoyo a su tocayo Macron, a quien considera representante de “una derecha que amplía y agrega. La guerra le ayudó”, añade el autor, que explica: “El presidente actúa como mediador internacional, y a los franceses les gustan estas cosas”.
Mientras tanto, en Twitter se hace sonar el desliz del presidente francés, quien involuntariamente ha declarado que “hizo todo, hablando con el presidente de Rusia, para evitar la paz”.
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Sin embargo, es precisamente la falta de inclusividad el punto más controvertido de la política de Macron, al que se culpa del agravamiento de las fracturas civiles y de estar rodeado de un comité técnico encargado del gobierno real del país, desbancando efectivamente a los representantes políticos.
Mientras tanto, la candidata ultraderechista Marine Le Pen desmarca al actual presidente por 5 puntos en las encuestas preliminares, marcando un 57,7% de preferencia, como escriben hoy algunos medios. Incluso los politólogos más experimentados no descartan una posible victoria para la candidata de extrema derecha, atribuyendo el éxito actual de Le Pen sobre todo a su capacidad para distanciarse del extremismo de Zemmour y abrazar el diálogo en su narrativa sobre los derechos de las minorías sin cambiar las líneas políticas.
El ingeniero McKinsey
La consultora estadounidense McKinsey & Co Inc, que ayudó a desarrollar la estrategia de vacunación contra la propagación de la Covid-19, ahora se encuentra en el punto de mira del fiscal financiero francés.
La investigación preliminar, abierta el pasado 31 de marzo, es por blanqueo de capitales agravado y defraudación fiscal, según ha informado hoy EuropaToday. De hecho, ahora se sospecha que la consultora McKinsey no ha pagado impuestos en territorio francés en la última década por los 329 millones de euros facturados solo en 2020.
La polémica reaviva ahora la campaña al despertar el sentimiento antielitista de quienes, ya durante las anteriores elecciones, criticaron el pasado del actual presidente como banquero privado del banco de inversión Rothschild & Co.
Foto: Copyleft, Foto-AG Gymnasium Melle vía Wikimedia Commons
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