El jueves, el CEO de OpenAI, Sam Altman, promocionó la versión más reciente de GPT-4o por su mayor “libertad”. Sin embargo, defensores de los derechos digitales han sostenido anteriormente que la verdadera amenaza no es el sesgo político, sino la creciente censura impulsada por la inteligencia artificial.
Lo que sucedió
Altman publicó en X que la nueva versión de GPT-4o es “particularmente buena en programación, seguimiento de instrucciones y libertad”.
new version of GPT-4o particularly good at coding, instruction following, and freedom.
— Sam Altman (@sama) March 28, 2025
A principios de esta semana, OpenAI actualizó GPT-4o — que debutó hace aproximadamente un año — al introducir avanzadas capacidades de generación de imágenes. Junto con esta nueva funcionalidad, la startup de IA también presentó sus medidas de seguridad y políticas actualizadas para GPT-4o.
“De acuerdo con nuestras especificaciones de modelo, nuestro objetivo es maximizar la libertad creativa apoyando casos de uso valiosos como el desarrollo de videojuegos, la exploración histórica y la educación, manteniendo al mismo tiempo sólidos estándares de seguridad”, afirmó la empresa. “Al mismo tiempo, sigue siendo tan importante como siempre bloquear solicitudes que violen esos estándares”.
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Por qué es importante
La declaración de Altman se produce en un momento en que el debate sobre la inclinación política de la IA y las estrategias para mitigar sesgos sigue generando controversia, especialmente tras los errores cometidos por Google Gemini, de Alphabet Inc. (NASDAQ:GOOG) (NASDAQ:GOOGL), y Firefly, de Adobe Inc. (NASDAQ:ADBE), que el año pasado fueron criticados por producir imágenes con una estética considerada “woke”.
Sin embargo, algunos expertos afirman que el problema más preocupante no es si la IA tiene sesgos, sino si está suprimiendo el discurso por completo.
Un informe de 2023 de Freedom House, titulado “El poder represivo de la inteligencia artificial”, advirtió que la IA está permitiendo a gobiernos y empresas escalar la censura, la vigilancia y la desinformación más rápido y a menor costo que nunca antes.
Un informe de 2024 publicado por The Conversation señaló: “Descubrimos que las políticas de uso de los principales chatbots no cumplen con los estándares de libertad de expresión de las Naciones Unidas”, y añadió: “Estas normas vagas y amplias otorgan a las empresas demasiada discreción para silenciar temas controvertidos o políticamente sensibles”.
Por ejemplo, Gemini de Google prohíbe contenido que “promueva o fomente el odio”, una pauta que los críticos consideran excesivamente amplia y potencialmente represiva.
A medida que herramientas de IA generativa como ChatGPT, Gemini y Claude, de Anthropic, adquieren mayor influencia, sus políticas de uso están moldeando el discurso público.
Sin salvaguardas transparentes que se alineen con las normas globales de derechos humanos, los defensores de la libertad de expresión advierten que las empresas de IA corren el riesgo de habilitar una represión digital, incluso mientras afirman promover la “libertad”.
Foto de jamesonwu1972 en Shutterstock
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