Casi una década después de haber iniciado su carrera como contadora forense, Lisa Reich entró en una agencia de viajes local con la esperanza de reservar unas vacaciones. Tras una breve charla, la agencia le ofreció un puesto como contratista independiente, una oportunidad que aceptó con entusiasmo, al sentirse ya desencantada de su estresante día a día.
En 2021, Reich había iniciado su propia agencia y le dijo a Bloomberg que sus ventas anuales estaban entre los 3 y los 3,5 millones de dólares. “Trabajo la mitad de las horas y gano el cuádruple de mi salario”, afirma.
Reich forma parte de un número creciente de trabajadores de cuello blanco que abandonan campos como las finanzas y el derecho para convertirse en asesores de viajes. El número de personas que se anuncian en LinkedIn como agentes o consultores de viajes ha aumentado en más del 50 % en los últimos tres años, según afirma Bloomberg. Según esta métrica, los agentes de viajes se han convertido en la quinta profesión de más rápido crecimiento.
Eric Hruband, fundador de CIRE Travel, dijo a Bloomberg que normalmente recibe unos tres correos electrónicos a la semana de personas que buscan abrirse camino en la industria. “Estoy pensando en desarrollar mi propio negocio de coaching”, bromeó.
La exagente de ventas de acciones Amira Bixby tomó la decisión de convertirse en agente de viajes justo después de la pandemia. Durante el confinamiento, se dio cuenta de lo mucho que la rutina de Wall Street le estaba impidiendo hacer. Cuando decidió que era hora de seguir una nueva carrera, los viajes le parecieron la elección obvia.
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“Fui asesora de viajes de lujo antes de ser asesora de viajes de lujo”, le dijo a Bloomberg, recordando cómo había ayudado a muchos de sus amigos a planear sus propios viajes. Afirma que la flexibilidad del campo ha sido una de sus mayores ventajas.
Los asesores de viajes pueden trabajar desde cualquier lugar y muchos estados no requieren ningún tipo de registro formal o licencia para comenzar a trabajar, dice Bloomberg. Las estructuras salariales también son abiertas, algunos agentes cobran una tarifa por adelantado y otros prefieren cobrar comisiones de los hoteles y operadores turísticos con los que colocan a sus clientes.
Dicho esto, no todas las personas que dejan el sector empresarial para irse a los viajes necesariamente aumentan sus ingresos o reducen el número de horas que trabajan.
Julia Flood, una exabogada de litigios de Toronto, dice que trabaja el mismo número de horas que hacía en su antiguo empleo, pero disfruta del hecho de que ahora puede hacer “lo que quiero y donde quiero; podría estar reservando el viaje de alguien mientras estoy sentado en un café en el sur de Francia”.
Muchos de estos agentes de viajes de cuello blanco descubren que sus antecedentes les han ayudado a establecer la tan importante confianza con sus clientes necesaria para poner en marcha sus empresas. Después de todo, nadie quiere arriesgarse a perder 40.000 dólares en unas vacaciones solo para encontrar a su asesor inubicable si, y cuando, surgen problemas.
Bixby, por ejemplo, dice que ha planificado varios de sus primeros viajes para antiguos colegas y clientes. Su satisfacción les llevó a recomendarla a otros, y las cosas despegaron desde allí. “Saben que protegeré su inversión y no es solo dinero, es tiempo”, le dijo a Bloomberg.
Imagen: Shutterstock
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