La siguiente noticia apareció originalmente en CapitalWatch
Una cantidad de estadounidenses que va en aumento se están sintiendo ansiosos o deprimidos. Concretamente, hubo más de 72.000 sobredosis fatales durante el año pasado y más de 48.000 suicidios en el 2018. Las llamadas a la línea de ayuda patrocinada por la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales aumentaron un 65 % entre el mes de marzo y junio de este año.
Desde acciones que están enfocadas en combatir la depresión a través de hongos mágicos y alucinógenos hasta acciones tecnológicas que ofrecen nuevas soluciones impulsadas por la tecnología para capitalizar el nuevo mercado alcista secular de Estados Unidos: La industria de la salud mental.
Está en tendencia ser tradicional
Si debido a la escasez de buena música en tu repertorio o a una insoportable indisposición no quieres invertir o ingerir sustancias psicoactivas, las acciones más tradicionales como Neuronetics (NASDAQ:STIM) son una forma de apostar por los padecimientos mentales de Estados Unidos. La acción ha presentado un aumento del 50 % en lo que va de año y cotiza a alrededor de 6,18 dólares por acción. Neuronetics es una empresa pequeña y, aunque tiene deudas, tiene mucho más efectivo que pasivos. Entonces ¿Qué hace esta compañía?
El producto principal de Neuronetics es el Sistema de Terapia Avanzada NeuroStar. Este sistema utiliza estimulación magnética transcraneal (TMS) para crear un campo magnético pulsado con fuerza de resonancia magnética, para inducir corrientes eléctricas diseñadas para estimular áreas específicas del cerebro asociadas con el estado de ánimo.
¿Estamos hablando de terapia por electrochoque? La verdad es que no. NeuroStar utiliza TMS, cuestión que difiere de la terapia por electrochoque o electroconvulsiva (TEC), esta última preferida por personajes como la enfermera Ratched, incluso en ese caso, la TEC que vemos hoy en día no se iguala a la de los tiempos de antaño. Pero seguimos refiriéndonos a dirigir una corriente eléctrica al cerebro del paciente para provocar convulsiones “generalizadas”. El sistema TMS, por otro lado, estimula la actividad neuronal mediante ondas magnéticas pulsadas de alta intensidad. Ambos métodos solo se emplean para tratar la depresión como último recurso. La TSM es considerada, por razones obvias, más popular entre los pacientes a pesar de ser la TEC la que sugiere ser más efectiva. A medida que el sistema TMS comienza a convertirse en un tratamiento común para la depresión clínica, Neuronetics parece estar bien posicionado para capitalizar esta tendencia. Tengo una posición larga en Neuronetics.
Otra empresa se baja capitalización que se centra en la lucha por el bienestar mental es Cassava Sciences (NASDAQ:SAVA). En caso de que lo haya olvidado, las acciones de la compañía se dispararon en el mes de septiembre, pasando de cotizar a 3 dólares a más de 12 dólares por acción después de anunciar una etapa intermedia positiva para sumifilam, su medicamento experimental para el Alzheimer. Estos resultados alentadores se reflejaron en una presentación posterior ante la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos en la que, según los informes, el miembro de la junta Sanford Robertson compró una considerable cantidad de acciones. El mercado siguió, e incluso después de presentar tal aceleración, las acciones aún cotizan a más de 10 dólares. En vista de que no hay ningún medicamento actual que haya sido aprobado por la FDA para ralentizar o revertir los espantosos efectos neurológicos que acarrea la enfermedad del Alzheimer, esta acción tiene el potencial de convertirse en una de las más importantes en el sector de la salud mental. Un problema: Los ensayos en fase 3 son costosos y, al no haber ingresos, la empresa podría tener que paralizar su avance referente al sumifilam. Toda la atención, especialmente de parte de Sanford Robertson, estará puesta en la gran participación tecnológica Biogen y su droga: el anticuerpo monoclonal aducanumab, debido a que la compañía planteará este medicamento el 6 de noviembre en una reunión del comité asesor. Los accionistas de Cassava esperan que la gerencia olvide la fecha.
Hablemos ahora de drogas reales…
CMPS
Si escribes en el buscador de Google “CMPS”, el Centro de Estudios Psicoanalíticos Modernos con sede en la ciudad de Nueva York aparecerá como primer resultado. El psicoanálisis freudiano puede haber sido dejado de lado hace mucho tiempo, pero por más modernos que sean los métodos que se enseñan y practican dentro de este centro de salud mental, es dudoso que incorporen la utilización o el uso sugerido de psicodélicos importantes. Eso es exactamente lo que está haciendo Compass Pathways (NASDAQ:CMPS), que aunque tiene una calificación inferior en la lista de resultados de Google se encuentra en un rango superior en atención imaginativa; las acciones de CMPS se hicieron públicas el 18 de septiembre del presente año, convirtiéndose en la primera empresa que se dedica a la investigación de los beneficios para la salud mental que tienen los psicodélicos en negociar en una bolsa importante. Esto tuvo como resultado un aumento de más del 150 % en el precio de las acciones, solo para volver a bajar. Un incremento drástico seguido de una desafortunada caída que dejó a aquellos que se salieron cuando aun estaba en números altos, posiblemente en un estado maníaco. La compañía londinense está inscrita al día de hoy en un ensayo clínico de fase 2 aprobado por la FDA que utiliza su terapia basada en psilocibina. Para aquellos “tradicionales”, la psilocibina es el químico psicoactivo que se encuentra en los hongos.
Todos vivimos en un submarino lleno de ansiedad
Los estudios ahora apoyan lo que Timothy Leary nos aseguró hace décadas: Las drogas psicodélicas son un tratamiento eficaz para lidiar con los problemas de salud mental que incluyen la depresión, la ansiedad y la adicción, dolencias que padecen una gran cantidad de estadounidenses. Los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común en el territorio estadounidense y cada año afectan a 40 millones de adultos mayores de 18 años, o lo que es igual, el 18,1 % de la población. A eso hay que añadir una crisis de opioides que tiene décadas de antigüedad y que fue agravada por una pandemia y los bloqueos asociados a esta situación, esta mezcla dará como resultado una crisis de salud mental en este país de proporciones épicas. De hecho, si bien existe un debate en cuanto a la medida en que las valoraciones de las acciones favorecidas de empresas de servicios o productos para “quedarse en casa” representan un cambio radical temporal o permanente en la vida social y profesional de las personas, existe poco debate donde se hable de que el COVID-19 expuso y exacerbó la situación mental y salud física a largo plazo del pueblo estadounidense. Es posible que hayamos enloquecido más y que nos encontremos más tristes ahora debido a la pandemia, pero permaneceremos de este modo mucho tiempo después de que se disipe esta contingencia. La pérdida laboral continua o por los algoritmos publicitarios en redes sociales que cada vez son más sofisticados y manipuladores, estaremos de camino a un mayor aislamiento y más depresión; conexión menos real, más sufrimiento real.
Para muchas personas, los psicodélicos ofrecen una nueva y emocionante solución a un problema cada vez mayor.
O’Leary quiere operar en su cerebro
Incluso el famoso “Shark”, Kevin O’Leary es optimista sobre el sector de los psicodélicos. O’Leary es un inversor en Mind Medicine (OTC:MMEDF) cuyas acciones han visto un aumento de casi el triple en el último mes. La empresa tiene como base principal el desarrollo de una versión no alucinógena de la ibogaína psicodélica. La ibogaína es la corteza de la raíz del árbol iboga de África Central y fue ingerida por primera vez por los pigmeos. A pesar de que no existe evidencia clínica de que esta droga disminuya la estatura, solo mido 1,73 m así que no correré ningún riesgo.
Esta compañía también ha realizado estudios utilizando ketamina (ya la probé), el tranquilizante para caballos y popular droga de antros, junto con otra droga popular por excelencia, el éxtasis. Si a eso le sumamos los tratamientos basados en LSD y alucinógenos (la última de cuyas propiedades psicoactivas se deriva de la ayahuasca), estaremos en presencia de una empresa que no tiene miedo de lanzar fuertes apuestas por los psicodélicos. Mind Medicine está participando actualmente en varios ensayos clínicos, ninguno de los cuales se cree que incluya al conductor Joe Rogan como participante activo.
Hablando en serio, tengo la creencia de que estas drogas serán incorporadas a la sociedad de la misma forma en que lo fue la marihuana. También creo que para la gran mayoría de las personas, este tipo de experiencias no solo son psicológicamente beneficiosas, sino verdaderamente transformadoras. El esfuerzo por combatir la adicción a otras drogas y sustancias a través de psicodélicos ofrece algunas posibilidades interesantes.
Sin embargo, como demostraron anoche los dos “debates” opuestos del ayuntamiento, hay dos vertientes en Estados Unidos, e incluso el más abiertamente amigable con las drogas no se encuentra ni cerca de legalizar el ácido, sin importar lo que Leary u O’Leary tenga que decir al respecto. eso. A corto y medio plazo, se puede buscar oportunidades de impulso en estas y otras acciones de “Shroom Boom”, término acertadamente acuñado.
Sin embargo, siendo la marihuana aun clasificada como narcótico de Lista 1, espero que en algún momento el Shroom Boom realmente explote. Por ahora, es mejor comprar Spotify Technologies (NYSE:SPOT) y solo la sugerencia psicodélica de su conductor de podcast más popular, Joe Rogan con una pizca de sal.