El presidente Joe Biden emitió el lunes una orden ejecutiva que limita el uso de herramientas de vigilancia por parte del gobierno estadounidense.
Lo que ha sucedido
El presidente restringió el uso de herramientas comerciales de spyware que otorgan a los gobiernos el poder de hackear los teléfonos móviles de ciudadanos privados, extrayendo datos y rastreando sus movimientos.
Las nuevas normas se introdujeron después de que al menos 50 funcionarios del gobierno estadounidense destinados en al menos 10 países hubieran sido pirateados con programas espía, incluido un alto cargo de la administración, un número mayor del que se conocía hasta ahora.
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Tanto los países democráticos como los autocráticos han hecho un mal uso global del spyware para monitorear a periodistas, activistas de derechos humanos y personas con opiniones políticas disidentes.
La nueva orden prohíbe que los departamentos federales utilicen spyware comercial que los gobiernos extranjeros puedan utilizar indebidamente y que potencialmente podría tener como objetivo a sus ciudadanos fuera del país o representar una amenaza para la seguridad si se instala en las redes del gobierno de EE.UU.
Sin embargo, la orden solo se aplica al spyware creado y comercializado por entidades comerciales y no a las herramientas desarrolladas por las agencias de inteligencia estadounidenses.
La orden ejecutiva también permite su uso en ciertas circunstancias y no impone una prohibición general.
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