En las últimas cuatro décadas, la sabiduría económica prevaleciente ha hecho hincapié en los recortes de impuestos y el bajo gasto público, lo que permite que el libre mercado resuelva la mayoría de los problemas económicos. Pero la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, pretende cambiar eso.
El paquete de gastos del Senado
Además de invertir billones de dólares en estímulos y un proyecto de ley de infraestructura potencial que repararía carreteras y puentes con millones de empleos adicionales, el Senado aprobó recientemente la Ley de Innovación y Competencia, un paquete legislativo de 250.000 millones de dólares destinado a facilitar la investigación y el desarrollo en los campos de la ciencia y la tecnología, con una porción significativa de semiconductores, microchips y tecnología de telecomunicaciones.
Los economistas de RSM abordan las inversiones gubernamentales
Aunque no está garantizado que se apruebe, o que tenga éxito de ser así, dos economistas afirman que, pese a algunas preocupaciones, el proyecto de ley podría beneficiar a la economía estadounidense.
En un artículo titulado “El renacimiento de la política industrial en Estados Unidos” (“The Rebirth of Industrial Policy in the United States”), los economistas de RSM Joe Brusuelas y Ethan Schmidt señalan una serie de espacios en los que la inversión gubernamental podría utilizarse de manera inteligente, incluido el sector de la salud pública, en las cadenas de suministro, la investigación y el desarrollo y en la creación de nuevos modelos de crecimiento.
Así pues, los economistas sugirieron que los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos creen una cadena de suministro en América del Norte, permitiendo que los bienes fluyan más libremente entre los tres países, particularmente durante períodos de crisis climática o sanitaria.
Estos también añadieron que este es un momento particularmente bueno para el gasto público porque la inversión no residencial es baja y Estados Unidos está saliendo de una pandemia y recesión que ha puesto de relieve algunas fallas en la fortaleza de su economía.
“En cuanto a la política económica de Estados Unidos, el predominio de la idea de que las corporaciones y la sociedad se benefician mejor optimizando las ganancias de los accionistas parece terminar después de 40 años”, tal y como escribieron. “No puede haber ningún argumento acerca de que la inversión no residencial estadounidense haya estado en declive”.
La desventaja del gasto público
Sin duda, los economistas notan cuando la intervención del gobierno se ha descarriado. En las décadas de los 80 y los 90, Japón intentó acaparar el mercado de la electrónica de consumo subvencionando a sus propios productores. El resultado, según Brusuelas, fue lamentable.
“Los japoneses se perdieron el auge de la alta definición y su progenie digital con una pérdida de participación de mercado significativa”, tal y como escribió el experto en un correo electrónico para Benzinga. “Y esto ni siquiera incluye el auge de la red y la transmisión digital, y mucho menos hacia dónde vamos con el 5G”.
Independientemente, los economistas señalaron que las crisis económicas específicas requieren la ayuda de los subsidios y la investigación que se deriva del dinero del gobierno, en particular, en lo que al envío y transporte de bienes se refiere.
“La pandemia y el creciente número de fenómenos meteorológicos han puesto de manifiesto la fragilidad de la cadena de suministro mundial”, escribieron los economistas.