Una cosa que siempre tuve clara es que yo quería ser el jugador de ajedrez. Si te sorprende, es que eres una pieza de ajedrez que alguien más está manipulando dentro de un entorno.
Lo primero que supe que tenía que averiguar era: ¿cómo puedo ganar más dinero? Jim Rohn, mi destacado mentor, fue quien me transmitió la idea.
Recuerdo mirar a mi alrededor, cuando era niño, y pensar: ¿Por qué no tenemos suficiente dinero para comer? Y mi padre, mi cuarto padre, Jim Robbins, que fue quien me adoptó, era un buen hombre. Era un hombre inteligente. Y tenía trabajo, la mayor parte del tiempo. Entonces, ¿por qué no teníamos dinero para comer?
Cuando tenía 17 años fui a un seminario de Jim Rohn y, al terminar, tuve la oportunidad de hablar con él. Y le dije: Jim, ayúdame a entender esto.
Y me comentó algo que nunca olvidaré. Me dijo: Tony, todos somos iguales como almas en el planeta, como almas somos todos iguales. Pero no somos iguales en el mercado.
Este añadió: Tu padre es un buen hombre. Le preguntó a qué se dedicaba. Le conté que mi padre biológico había trabajado como encargado de un estacionamiento subterráneo durante 45 años. Cogía los tickets de la gente, esperaba y mataba el tiempo leyendo, y después les cobraba. Eso es todo lo que hacía. Hoy todo eso lo hacen automáticamente las máquinas, ¿verdad? Le han reemplazado.
Para que te valoren en el mercado, tienes que ser capaz de hacer cosas que nadie más pueda hacer. Tienes que ser más valioso. Cuanto más valioso eres en el mercado, más valor puedes ofrecerle a la gente y más valioso te vuelves.
Jim Rohn fue quien me señaló: Tony, trabaja más en ti mismo que en tu trabajo. Busca constantemente la manera de mejorar.
Así que traté de entender por qué mi padre adoptivo, Jim Robbins, trabajaba tanto pero no llegaba a ningún lado económicamente hablando. Y pensé que, al igual que mi padre biológico, era un buen hombre, e incluso era bueno en su trabajo.
Pero era vendedor. Tenía rachas buenas. Y cuando tenía rachas buenas, iba y se gastaba todo el dinero. Cuando tenía malas rachas, se ponía muy mal y no vendía nada. Prácticamente, su vida dependía de cómo le fueran las cosas en ese momento.Y nosotros sufríamos.
Jim Rohn lo aclaró más de una vez: Piensa en alguien que trabaja en McDonald’s, ¿cuál es su valor? Y continuaba: No como alma del mercado, me refiero a su valor en el mercado. Muy bajo, porque es un trabajo que cualquiera puede hacer.
Hoy en día, puedes formar a alguien para que trabaje en McDonald’s en 10 minutos, porque todo tiene imágenes, ni siquiera tienes que saber deletrear. No tiene nada de malo pero, como resultado, el salario o los ingresos que se obtienen de trabajar en McDonald’s no son un salario digno.
Luego me habló sobre ese gestor de fondos de cobertura que había ganado 2.000 millones de dólares en el año fiscal anterior. 2.000 millones de dólares. ¿Por qué? Porque consiguió hacer crecer su fondo un 39% ese año. En base a eso, cada dos años y medio puedes duplicar todas tus riquezas.
Él lo hace para organizaciones sin ánimo de lucro y para particulares. Su valor en el mercado superaba con creces los 2.000 millones de dólares, porque ha añadido más valor. Y entonces me obsesioné con la idea de hacer lo mismo yo. Cómo ofrecer más valor que nadie.
No digo que después de eso mi trayectoria fuese un camino de rosas hacia el éxito. Es cierto que hubo momentos en los que pasé miedo y sentí que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Estaba intentando hacerlo lo mejor que podía, dados los conocimientos y la red que tenía en aquel entonces. Pero en todo momento me centré en cómo crear valor. Y lo que me mantuvo a flote durante aquella época es justo lo que te hará crecer económicamente.
Recuerda: Tus ingresos actuales no son el resultado de la industria en la que te encuentras. No son el resultado de la economía. El dinero que ganas es el resultado de tus estándares. ¡Y siempre se puede subir un nivel más! Te animo a dar un paso adelante y fijarte como objetivo alcanzar un nuevo estándar.
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