El barril de Brent, el petróleo de referencia en Europa, está cerca de tocar máximos históricos, aunque todavía no ha sobrepasado esa barrera de los 138 dólares del año 2008. Sin embargo, puede que lo haga en los próximos meses, tal y como estiman los principales analistas estadounidenses. Todo ello a pesar de que países como Estados Unidos están liberando importantes volúmenes de reservas estratégicas y la OPEP+ ha decidido aumentar su producción. Sin embargo, el impacto de la guerra de Ucrania, con las sanciones a Rusia, la falta de capacidad de las refinerías está y la propia inflación están jugando a favor de la cotización, y mermando los bolsillos del consumidor final.
¿Qué ha pasado con el precio?
Solo hay que echar un vistazo al gráfico del último año para observar la espectacular subida perpetrada por el barril de Brent. Y es que, en junio de 2021 cotizaba en 73 dólares frente a los 113 de un año después, aunque ha habido picos donde ha sobrepasado los 120 dólares. Los motivos de este repunte tienen que ver, principalmente, con la reapertura económica tras la pandemia y su consecuente aumento de la demanda, como con las sanciones a Rusia tras la invasión de Ucrania.
En cuanto al primer punto, basta con mirar las noticias sobre el petróleo del año 2020. Con la paralización de la economía, se fueron acumulando los barriles y, de hecho, el problema hace 24 meses era la falta de espacio para almacenar tanto excedente. Tanto es así, que en abril de ese año sucedió un hecho histórico y es que el barril americano, el WTI, llegó a cotizar en negativo. Es decir, se pagaba porque comprasen petróleo por esa falta de almacenamiento.
Este vistazo atrás es necesario porque la OPEP redujo la producción para ajustarse a los nuevos tiempos. Con la apertura económica y los desplazamientos, la demanda comenzó a ser más grande que la oferta. Las cadenas suministro empezaron a bloquearse, siguen bloqueadas en algunos puntos, y como colofón llegó la invasión de Ucrania. Rusia es uno de los principales exportadores de petróleo a nivel mundial, con 5 millones de barriles al día. Una oferta que ha sido eliminada por las sanciones.
¿Y ahora qué?
A pesar de que Estados Unidos ha levantado la mano con Irán y con Venezuela para que sustituyan el nicho de mercado que deja Rusia, esto parece que por el momento no será suficiente. Y tampoco el aumento de la producción de la OPEP, que pasara de los 432.000 hasta los 648.000. Pero, el mercado parece no creer esta propuesta.
La U.S Energy Information cree que el barril de Brent se situará en los 113 dólares en la segunda mitad del año, y 97 dólares en 2023. Sin embargo, el consenso de mercado eleva la previsión hasta los 130 dólares y Goldman Sachs lo sube hasta los 140 dólares, algo que rompería el máximo histórico. Hay que tener en cuenta que en verano aumenta la demanda, y con ello el precio.
Así las cosas, el Brent parece que seguirá por encima de los 110 dólares en lo que resta del año, teniendo en cuenta estas previsiones, ejerciendo mayor presión sobre la inflación y mermando el poder adquisitivo de los consumidores.
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