La balanza comercial exterior de Alemania se ha desplomado literalmente en los últimos meses.
En concreto, ha desaparecido el mítico superávit comercial, que convirtió a Alemania en el segundo país del mundo en esta particular clasificación en los últimos años, solo por detrás de China.
No se observaba una balanza comercial tan negativa en Alemania desde 1991, que fue el primer año completo después de la reunificación de 1990.
El punto máximo del superávit se registró en 2016, cuando terminó el increíble crecimiento que propició que se multiplicara por diez en poco menos de 25 años. Sin embargo, hasta principios de 2020, el nivel se había mantenido sustancialmente en torno a los 20.000 millones de dólares.
Recordemos que por superávit de comercio exterior entendemos la diferencia que existe entre el valor total de las exportaciones menos el valor de las importaciones, mientras que por saldo de comercio exterior entendemos la relación existente entre exportaciones e importaciones.
En los primeros meses de 2020 se produjo un primer colapso temporal, cuando la producción y las exportaciones bajaron significativamente debido a los confinamientos que se impusieron en respuesta a la pandemia. Sin embargo, a principios de 2021, ya se había recuperado el umbral de superávit de los 20.000 millones.
El colapso real comenzó en la segunda mitad de 2021, cuando se registró una primera caída por debajo de los 10.000 millones que hizo caer el superávit de comercio exterior de Alemania hasta niveles que no se veían desde 2002.
Pero lo más impactante sigue siendo el paso a territorio negativo que tuvo lugar a principios de 2022, cuando el valor total de las importaciones superó el de las exportaciones. Si volviera a repetirse la situación, Alemania pasaría de ser un histórico exportador neto a un importador neto. Sería un verdadero punto de inflexión, aunque lo cierto es que es posible que la dinámica sea solo momentánea.
Existen dos causas
En primer lugar, una reducción en la producción y las exportaciones, como consecuencia de la pandemia y los confinamientos y las restricciones de movilidad. De todos modos, ese problema ya parecía haberse superado a principios de 2021, y en teoría debería estarlo también en 2022.
En cuanto al desplome que hemos observado en los últimos meses, el mayor problema es la importante subida del coste de las importaciones, en particular por la suspensión de ingentes suministros de gas y petróleo a bajo coste desde Rusia. Este problema no parece que vaya a resolverse a corto plazo, por lo que es posible que la balanza comercial alemana siga atravesando dificultades al menos durante unos meses.
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