Repsol (BME:REP) ha vuelto a poner sobre la mesa una cifra que trae recuerdos a más de un inversor: un euro por acción. Esa fue la retribución extraordinaria de 2014… y también lo será de 2026, según confirmó hoy su cúpula directiva en la junta de accionistas. La energética no solo ha elevado sus promesas de dividendo, también ha anunciado un nuevo plan de recompra de acciones por 350 millones de euros, marcando así un rumbo claro hacia la rentabilidad, el pragmatismo y, según sus líderes, la racionalidad energética.
Lo que sucedió
La junta general de accionistas de Repsol aprobó este viernes una propuesta que destaca por su contundencia: la compañía abonará un dividendo total de 1 euro por acción en 2026. Esta cifra iguala el extraordinario repartido en 2014 y simboliza el compromiso renovado con la rentabilidad para los inversores.
La primera mitad de esta retribución, 0,50 euros por título, se pagará en enero de 2026. El segundo tramo, aún sin fecha exacta, completará el euro prometido. Además, el consejo de administración ha recibido poderes para ejecutar futuras reducciones de capital hasta un 10 % del capital social, si así lo decidiese.
La hoja de ruta aprobada contempla una recompra de acciones por valor de 300 millones de euros, a los que se sumarán otros 50 millones mediante liquidación de derivados. El objetivo declarado: absorber la volatilidad del negocio energético y reforzar el recorrido bursátil del título.
Este plan de recompra se ejecutará antes de que termine julio y representa un movimiento relevante en la estrategia de creación de valor para el accionista. Todo ello se enmarca en un contexto de menor beneficio interanual, 1756 millones de euros en 2024, frente a los 3.168 millones del año anterior.
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Por qué es importante
Más allá del gesto financiero, esta jugada revela un cambio de enfoque: Repsol quiere ser vista no solo como una petrolera tradicional, sino como una compañía multienergética que busca equilibrio entre valor y transformación. El consejero delegado, Josu Jon Imaz, no solo prometió más rentabilidad, hasta 1,10 euros por acción en 2027, también reivindicó un discurso “realista” frente al radicalismo verde, en un momento donde la transición energética despierta más preguntas que certezas.
Esa mezcla de dividendos crecientes y discurso pragmático parece haber encontrado eco en el mercado: la firma mantiene su posición como cuarto operador eléctrico en España, con más de 2,6 millones de clientes en luz y gas. Además, suma ya más de 5000 puntos de recarga eléctricos operativos, contando su red y la aplicación Waylet, y planea cerrar 2025 con 1500 estaciones de combustible renovable. Esta multicanalidad energética no es solo estrategia: es un intento por blindarse frente a la incertidumbre.
En un entorno donde los apagones, como el del pasado abril, evidencian los límites de las energías intermitentes, Repsol aboga por una mezcla energética que combine renovables con tecnologías firmes como nuclear o ciclos combinados. “Menos ideología y más tecnología”, pidió su presidente, Antonio Brufau. Tal vez no sea un mensaje popular, pero es, sin duda, una propuesta con eco en un mercado que valora cada vez más la previsibilidad.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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