En un movimiento que refuerza su compromiso con los accionistas, CaixaBank (BME:CABK) ha lanzado este lunes un nuevo programa de recompra de acciones por un máximo de 500 millones de euros. El anuncio, comunicado a la CNMV, pone en marcha una estrategia ya conocida por el banco: adquirir sus propios títulos para posteriormente amortizarlos y, así, reducir el capital social.
Lo que sucedió
CaixaBank ha comenzado este 16 de junio un nuevo plan de recompra de acciones propias, con un importe máximo fijado en 500 millones de euros. Esta operación se enmarca dentro de una política recurrente del banco para optimizar su estructura de capital y retribuir al accionista de forma indirecta.
El consejo de administración aprobó este programa el pasado 30 de enero, aunque su implementación no ha comenzado hasta ahora. El plazo máximo para su ejecución es de seis meses o hasta que se alcance el límite económico establecido, lo que ocurra antes.
La amortización de acciones, es decir, su eliminación del mercado, tiene como objetivo directo reducir el número total de títulos en circulación. Esto, en términos prácticos, eleva automáticamente el beneficio por acción (BPA) de los títulos que permanecen en manos del público.
Goldman Sachs Bank Europe ha sido seleccionado como entidad gestora del programa. Su papel será ejecutar las compras en el mercado en nombre de CaixaBank, siguiendo las condiciones reguladas por la CNMV y con criterios de transparencia.
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Por qué es importante
Este nuevo programa se produce en un momento en el que las entidades financieras europeas están buscando maneras de seducir al inversor, más allá de los tradicionales dividendos. La recompra de acciones es una herramienta cada vez más habitual para reforzar la rentabilidad del capital propio, una métrica clave para los mercados, y CaixaBank parece decidida a seguir explotándola.
Además, estas recompras permiten enviar una señal al mercado: si el banco decide invertir 500 millones en sí mismo, podría interpretarse como una muestra de confianza en su presente y futuro. Aunque este gesto no garantiza una revalorización inmediata en Bolsa, sí puede ayudar a sostener el valor de las acciones en periodos de incertidumbre o baja actividad.
Por último, el hecho de que CaixaBank recurra nuevamente a Goldman Sachs como intermediario apunta a una estrategia continuista y profesionalizada, que busca maximizar la eficiencia del programa. La entidad estadounidense ya ha gestionado operaciones similares con éxito, lo que reduce los riesgos de ejecución.
Imagen: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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