En medio de un entorno todavía marcado por la incertidumbre macroeconómica, los bancos españoles siguen consolidando su posición. En el segundo trimestre del año, su rentabilidad sobre recursos propios repuntó hasta el 14,50 %, afianzando una tendencia alcista que comenzó en 2024 y que parece ganar solidez. Así lo confirman los últimos datos publicados por el Banco de España.
Lo que sucedió
Los beneficios de la banca nacional crecieron con mayor eficiencia respecto al capital invertido. Esa mejora se refleja en el incremento del ROE, la rentabilidad anualizada sobre recursos propios, que alcanzó un 14,50 % entre abril y junio. La cifra supera levemente la registrada en el trimestre anterior (14,43 %) y también la del mismo periodo del año pasado (13,81 %).
Pero no solo la rentabilidad dio señales positivas. Las entidades reforzaron su solvencia: la ratio de capital básico CET1 subió hasta el 13,75 %, frente al 13,29 % del segundo trimestre de 2024. Las ratios Tier 1 y de capital total también evolucionaron al alza, situándose en el 15,28 % y el 17,79 %, respectivamente.
El informe distingue además entre entidades significativas y las de menor tamaño. Las primeras cerraron el trimestre con una ratio de capital total del 17,45 %, mientras que las menos significativas alcanzaron un 24,22 %. Una brecha que refleja modelos de negocio distintos… pero también fortalezas complementarias dentro del sector.
Otro dato que revela mayor estabilidad: la ratio de apalancamiento agregado repuntó ligeramente hasta el 5,75 %, mejorando tanto frente al trimestre anterior (5,72 %) como frente al dato de hace un año (5,64 %). Es una señal de control en la exposición al riesgo.
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Por qué es importante
Este avance en los indicadores financieros no solo decora los balances: pone de relieve una gestión más sólida frente a un entorno desafiante. El aumento del ROE, por ejemplo, sugiere que las entidades están rentabilizando mejor sus activos, probablemente por márgenes más amplios o una mejor selección del riesgo.
La mejora de las ratios de capital también importa, y mucho, porque representan el “colchón” que protege a los bancos en tiempos de turbulencia. Cuanto mayor es este respaldo, más capaz es una entidad de absorber pérdidas sin comprometer su viabilidad. En tiempos donde la regulación europea endurece sus exigencias, estar por delante del mínimo no es una ventaja: es una necesidad.
Además, la calidad del crédito también muestra síntomas de mejora. La caída de la morosidad al 2,73 % y la bajada del porcentaje de préstamos en vigilancia especial a 5,77 % apuntan a un entorno menos presionado. El coste del riesgo, que se suaviza hasta el 0,81 %, completa el cuadro: la banca no solo gana más, también provisiona menos.
Imagen: Shutterstock
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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