La petrolera Repsol (BME:REP) vuelve a situarse en el radar de los inversores tras protagonizar una remontada constante desde abril. Con una trayectoria que empieza a recuperar brillo, la acción coquetea ahora con una resistencia técnica clave: la directriz bajista de largo plazo. ¿Será esta vez la vencida para romper el techo que ha limitado su avance en los últimos meses?
Lo que sucedió
Repsol ha protagonizado un giro técnico de relevancia tras tocar fondo en abril. Desde entonces, el precio de la acción ha ido encadenando máximos crecientes, señal de que el impulso comprador ha tomado las riendas. El gráfico diario refleja un ascenso sostenido que ahora se aproxima a un punto crítico: la directriz bajista de largo plazo que viene marcando el ritmo desde los máximos de abril de 2024.
En la sesión de hoy, el precio ha logrado superar los 12,29 euros por acción en los primeros compases del día, anotándose un nuevo máximo dentro de esta fase alcista. Este movimiento refuerza el patrón técnico positivo, acercando al valor a una zona de resistencia relevante en los 12,62 euros, correspondiente a los máximos previos a la caída de marzo.
El indicador MACD, una herramienta que mide la fuerza y dirección de una tendencia, sigue mostrando cortes ascendentes, lo que confirma que las compras siguen dominando. A pesar de haber rozado señales bajistas en jornadas anteriores, el oscilador mantiene su sesgo positivo, apuntalando el optimismo técnico.
Por ahora, el nivel clave a vigilar se sitúa en los 11,835 euros por acción. Mientras el precio se mantenga por encima de este soporte, los analistas consideran probable que se produzcan nuevos intentos de romper la resistencia de largo plazo en próximas sesiones. En resumen: Repsol se juega su siguiente paso en un momento decisivo.
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Por qué es importante
Este avance de Repsol no se da en el vacío. El sector energético europeo se encuentra bajo el foco en medio de un entorno volátil para el crudo y una presión regulatoria creciente sobre las emisiones. En este contexto, los movimientos técnicos de la acción pueden actuar como brújula para inversores que buscan señales claras en un mercado incierto.
Además, la superación de resistencias técnicas suele atraer capital especulativo y de corto plazo, lo que puede amplificar el movimiento si se confirman cierres diarios por encima de la directriz bajista. No se trata solo de niveles en un gráfico: es el lenguaje del mercado diciendo “esto va en serio”. La ruptura podría actuar como un catalizador que devuelva a Repsol al radar de carteras más conservadoras o institucionales.
Eso sí, no hay garantías. El mercado sigue pendiente de la evolución de los precios del petróleo y de la política monetaria del Banco Central Europeo, dos factores que podrían frenar el apetito por acciones cíclicas como Repsol. Pero mientras el soporte de los 11,835 euros aguante, la narrativa alcista sigue viva… y con fuerza.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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