El mercado ha vuelto a mirar a Indra (BME:IDR) con entusiasmo. La tecnológica española se dispara casi un 6 % en el IBEX 35 y su acción roza los 48,66 euros, su cota más alta de todos los tiempos. El impulso llega en vísperas de una cita clave: la renovación de su consejo de administración, en un momento en el que la empresa suma apoyos financieros, estratégicos y bursátiles.
Lo que sucedió
A las 14:00 horas, Indra lideraba las subidas del selectivo español con un repunte del 5,78 %, dejando su acción en 48,66 euros, una cifra que la coloca en zona de máximos históricos. En lo que va de año, el valor acumula una revalorización vertiginosa del 186,48 %, mientras el IBEX 35 avanza un 37,6 %, hasta los 15.954 puntos.
El motor de esta subida se encuentra en varios acontecimientos encadenados. Por un lado, el banco suizo UBS ha elevado su participación en Indra desde el 5,2 % hasta el 5,8 %, reforzando la confianza institucional en la compañía. Por otro, el Gobierno ha concedido a la firma 880 millones de euros dentro de un programa de créditos sin intereses por 6.890 millones de euros para impulsar el desarrollo de la defensa nacional.
El pasado 15 de octubre, día en que se aprobó este crédito, Indra ya dio señales de fuerza: su cotización alcanzó un récord intradía de 43,6 euros, con un alza del 7,6 % frente al cierre previo. Fue la antesala de lo que hoy se consolida como una escalada imparable.
A todo ello se suma un calendario cargado de relevancia. Mañana se celebrará la reunión del Consejo de Administración, con la renovación prevista de seis vocales, y está al caer el cierre de la compra del 90 % de Hispasat por 725 millones de euros, una operación que ampliará el horizonte espacial de la tecnológica.
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Por qué es importante
La inminente adquisición de Hispasat posiciona a Indra en la órbita de los grandes actores europeos del espacio. Según los analistas de XTB, la integración con el operador satelital permitirá a la empresa española ganar peso en proyectos conjuntos con Airbus, Leonardo y Thales, un paso más hacia la soberanía tecnológica del continente.
Además, la inyección de fondos del Gobierno no solo refuerza la liquidez de la compañía, sino que impulsa su papel en el desarrollo de sistemas de defensa avanzados: desde drones hasta vehículos militares y tecnología antidrón. Un ecosistema en el que Indra quiere ser mucho más que proveedor: busca ser arquitecto.
El mercado, siempre sensible a las señales de poder y estrategia, parece premiar esa ambición. Los inversores interpretan la suma de respaldo público, entrada de capital extranjero y expansión industrial como la combinación perfecta. La pregunta ahora es si este vuelo bursátil tiene combustible suficiente para mantenerse en el tiempo… o si Indra está marcando un nuevo techo.
Imagen: Piotr Swat / Shutterstock.com
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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