Las acciones de Indra (BME:IDR) vuelven a ocupar el centro del parqué madrileño, brillando con una subida del 2,7 % que las sitúa entre las más alcistas del día. Los analistas, lejos de enfriar el entusiasmo, han vuelto a encender los motores del optimismo: CaixaBank y UBS han elevado con fuerza sus precios objetivo, convencidos de que la tecnológica española aún tiene recorrido, pese a un 2025 en el que ya ha duplicado con creces su valor en Bolsa.
Lo que sucedió
Indra se mantiene entre los nombres propios del Ibex 35 gracias al renovado respaldo de dos grandes casas de análisis. CaixaBank ha elevado su precio objetivo desde los 46,2 euros hasta los 55,8 euros, lo que supone un potencial de subida del 26 % respecto a los niveles actuales. La entidad reitera su recomendación de compra y subraya la fortaleza de su negocio de Defensa en un contexto europeo que prioriza la seguridad y el gasto militar.
UBS también ha reforzado su visión positiva, al revisar al alza su valoración de 43 a 48 euros, acompañada igualmente de una recomendación de compra. Este doble espaldarazo de los analistas ha actuado como catalizador para la acción, que hoy se dispara con fuerza y consolida su liderazgo entre los valores más rentables del año.
Estas mejoras llegan tras confirmarse que Indra será una de las principales beneficiarias del nuevo ciclo inversor del Gobierno español en materia de Defensa, con una dotación de más de 6.500 millones de euros en préstamos a tipo cero. Gracias a ello, la compañía asumirá un papel central en la modernización de las Fuerzas Armadas, especialmente en el ámbito terrestre.
Entre los programas adjudicados destacan el desarrollo de los nuevos sistemas de artillería autopropulsada (ATP) junto a Escribano Mechanical & Engineering, con un presupuesto de casi 3.000 millones de euros; el vehículo lanzapuentes (VLP), con 190 millones de euros; el vehículo de apoyo de cadenas (VAC), con 788 millones de euros; y la participación en el futuro sistema de combate europeo (MGCS), dotado con 20 millones de euros iniciales. A ello se suman proyectos en ciberdefensa y conectividad táctica por más de 1.500 millones de euros.
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Por qué es importante
El renovado optimismo sobre Indra refleja más que una simple mejora de valoración: simboliza el papel estratégico de la compañía en la nueva arquitectura industrial y tecnológica europea. En un entorno marcado por tensiones geopolíticas y el rearme del continente, su posición en proyectos de defensa y ciberseguridad la convierte en un activo clave para inversores que buscan exposición al sector.
Los analistas coinciden en que la subida del 152 % en 2025 no agota su potencial. Firmas como Bernstein, Santander o Morgan Stanley mantienen su apuesta por la empresa, argumentando que aún cotiza a múltiplos atractivos frente a su capacidad de generación de caja y crecimiento internacional. Esa confianza institucional alimenta un círculo virtuoso: más inversión, más visibilidad y más oportunidades de expansión.
El caso de Indra es también una historia de transformación. De proveedor tecnológico a actor decisivo en el desarrollo de sistemas de defensa europeos, su evolución ilustra cómo la innovación y la colaboración, con socios como Rheinmetall o EM&E, pueden redefinir el mapa industrial español. El mercado, por ahora, aplaude esa metamorfosis.
Imagen: Piotr Swat / Shutterstock.com
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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