Las acciones de Banco Santander (BME:SAN) lideran hoy las caídas dentro del sector bancario español, en una jornada donde el sentimiento general sigue teñido de pesimismo. A pesar de que la posible distensión entre Irán e Israel había despertado ayer cierto optimismo, hoy los inversores parecen leer entre líneas un escenario menos alentador. Los temores a un contexto prolongado de tipos bajos vuelven a golpear con fuerza.
Lo que sucedió
Este miércoles, las acciones de Banco Santander caen alrededor de un 1,5 %, siendo las más castigadas del sector financiero en España. La jornada arranca con la acción cotizando a 7,02 euros, tras registrar una bajada del 0,81 % respecto al cierre de ayer. La presión bajista no es nueva: en los últimos 10 días, la acción ha retrocedido en ocho sesiones, consolidando una tendencia claramente negativa.
El trasfondo geopolítico sigue moviendo las piezas. La posible tregua entre Irán e Israel ha desinflado los precios del petróleo, disipando el riesgo de bloqueos en el estrecho de Ormuz, clave para el comercio energético mundial. Con menos presión sobre los costes del crudo, los analistas anticipan un escenario de mayor desinflación en Europa, que podría facilitar nuevas bajadas de tipos por parte del Banco Central Europeo.
Este contexto no es favorable para los bancos. Con tipos más bajos, el margen de intereses, la diferencia entre lo que los bancos ganan por prestar y lo que pagan por captar dinero, sigue deteriorándose. Santander ya había mostrado señales de esta presión en el primer trimestre del año, y el mercado empieza a ajustar sus expectativas a un panorama de márgenes más estrechos y menor rentabilidad para el sector.
Además, el veto reciente del gobierno español a la fusión entre BBVA y Sabadell ha añadido incertidumbre. Este bloqueo, que impide movimientos corporativos al menos durante tres años, refuerza la percepción de que el entorno político puede limitar la consolidación bancaria en España. Este tipo de restricciones suele traducirse en valoraciones más bajas para el sector, por el aumento del riesgo regulatorio.
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Por qué es importante
A pesar de las caídas de hoy, Banco Santander acumula una revalorización del 57 % en lo que va de 2025, lo que subraya que la corrección actual ocurre tras un rally muy sólido. Este matiz es clave: la caída no necesariamente cambia la tendencia de fondo, pero sí refleja la creciente sensibilidad del mercado a los posibles recortes de tipos y sus efectos sobre la rentabilidad bancaria.
La volatilidad reciente también es un factor a seguir de cerca. Aunque la acción ha mostrado movimientos más estables esta última semana, con una volatilidad semanal del 28,94 %, el recorrido de los últimos diez días apunta a que persiste una presión vendedora significativa. Este contraste deja abierta la pregunta: ¿se trata solo de una toma de beneficios o hay un cambio de narrativa más profundo?
En el plano fundamental, Santander mantiene cifras sólidas. Su beneficio bruto alcanza los 50 800 millones de euros y la ganancia neta se sitúa en 12 570 millones, lo que sigue siendo un respaldo para el valor a largo plazo. Sin embargo, el bajo rendimiento estimado de sus dividendos, del 0,0321 %, podría no ser suficiente para atraer a inversores que buscan refugio en un entorno de tipos descendentes. Aquí el mercado parece pedir más.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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