Mañana, Banco Santander (BME:SAN) presentará sus resultados del tercer trimestre de 2025. El mercado, atento y expectante, busca más que cifras: quiere señales. ¿Podrá el mayor banco español sostener el ritmo de crecimiento que ha marcado en los últimos meses? ¿O empezará a sentirse el desgaste del ciclo económico? En un entorno de márgenes ajustados y competencia creciente, este informe puede marcar el tono para el cierre del año en el sector financiero español.
Lo que sucedió
Las previsiones apuntan a que Banco Santander reportará ingresos cercanos a los 15.300 millones de euros y un beneficio por acción de aproximadamente 0,223 euros. La entidad llega a esta cita con un historial reciente de récords: en el primer semestre logró un beneficio histórico gracias a la fortaleza de sus márgenes de interés y a su diversificación geográfica, con motores en Europa y América Latina.
Sin embargo, el contexto empieza a cambiar. La leve moderación del crecimiento económico y una competencia más agresiva en precios podrían restar algo de impulso a sus márgenes. Algunos analistas también anticipan un ligero repunte de la morosidad, especialmente en crédito al consumo y pequeñas empresas, segmentos más sensibles al enfriamiento económico.
En este entorno, el mercado pondrá la lupa en cuatro variables clave: margen de intereses, morosidad, coste del riesgo y guía para el cierre del ejercicio. Si Santander muestra solidez en estas métricas, la lectura podría ser la de una entidad en control de su rumbo y con capacidad para seguir creciendo pese al entorno.
En resumen, los inversores no esperan sorpresas negativas. El consenso anticipa un trimestre estable o ligeramente por encima de lo previsto, aunque lo que más se valorará será la claridad del mensaje estratégico: si el banco confirma que su transformación digital y de eficiencia operativa ya empieza a rendir frutos.
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Por qué es importante
En la jornada de este martes, las acciones del Santander cotizan alrededor de 8,5 euros, con una leve variación del -0,09 %, dentro de un rango técnico que mantiene soporte en los 8,10 euros. Pese a una semana con más días de caída que de avance, la volatilidad reciente del valor, en torno al 12,4 %, es mucho menor que su media anual, lo que sugiere cierta calma antes del dato clave.
La acción ha oscilado entre un máximo anual de 8,87 euros y un mínimo de 4,32 euros, reflejando una recuperación significativa en 2025. Este rebote no ha sido casual: los inversores han premiado la mejora de beneficios y el compromiso del banco con la digitalización y la sostenibilidad. El pequeño retroceso previo a resultados podría, por tanto, interpretarse como una simple pausa antes de decidir el siguiente movimiento.
El atractivo del valor también se apoya en su rendimiento por dividendo, estimado en torno al 0,0128 %, y en un beneficio neto anual de 12.570 millones de euros. Cifras que, aunque sólidas, exigen que el banco mantenga la disciplina de costes y el equilibrio entre rentabilidad y riesgo. En definitiva, los resultados de mañana no sólo medirán el trimestre: pueden definir el tono del Santander en Bolsa para el cierre del año.
Imagen: flysnowfly / Shutterstock.com
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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