Bolivia, propietario de las mayores reservas de litio del mundo, está tratando de sacar provecho de este valioso recurso. A pesar de la caída de los precios tras los máximos de 2022, el país sigue adelante con grandes inversiones para capitalizar la creciente industria de baterías.
“Con los dos nuevos contratos, planeamos alcanzar las 49 000 toneladas de carbonato de litio anuales en tres años”, dijo a Bloomberg Omar Alarcón, presidente de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).
Los acuerdos de YLB con Uranium One Group de Rusia y un consorcio chino ascienden a casi 2000 millones de dólares. Los acuerdos incluyen la construcción de tres plantas de procesamiento. La planta respaldada por Rusia tiene previsto producir 14 000 toneladas al año, mientras que la alianza china tiene como objetivo añadir 35 000 toneladas.
A pesar de que se calcula que bajo el salar de Uyuni en la región sur de Potosí se encuentran 21 millones de toneladas de litio, la producción actual de Bolivia es insignificante.
Los desafíos clave incluyen la gran altitud de sus depósitos, las limitaciones logísticas de ser un país sin litoral y una alta concentración de magnesio en su salmuera, lo que complica la extracción.
En conjunto, estos obstáculos hacen que la producción a los precios actuales de alrededor de 10 000 dólares por tonelada sea apenas viable. Para hacer frente a estos obstáculos, el gobierno apuesta por la tecnología de extracción directa de litio, que promete reducir los tiempos de procesamiento y aumentar la eficiencia.
Aunque las ambiciones de Bolivia son loables, las preocupaciones medioambientales son importantes. El año pasado, la senadora de Potosí Elena Aguilar expresó sus preocupaciones por el uso del agua en Mongabay.
También puedes leer: Chile rechaza el proyecto minero Dominga de $2500M por preocupaciones ambientales
“Queremos ver la industrialización del litio, pero tiene que hacerse de forma responsable por el bien de nuestros recursos naturales”. Una inspección de 2024 realizada por la Federación Regional de Trabajadores y Campesinos del Altiplano Sur encontró ineficiencias operativas en las instalaciones existentes. El equipo de una planta de carbonato de litio no se encontraba desempaquetado, y los cortes de luz estaban dificultando el progreso. Además, una planta de cloruro de potasio, diseñada para una producción anual de 350 000 toneladas, solo logró producir 80 000 toneladas, lo que plantea dudas sobre la preparación industrial de Bolivia.
Aun así, los problemas de la industria se extienden mucho más allá de los mercados emergentes. Un artículo de investigación de Johnson, Park y Kramarz critica la falta de mecanismos de gobernanza creíbles en el sector del litio, señalando que las medidas reglamentarias voluntarias e híbridas a menudo no logran prevenir los daños medioambientales o garantizar la participación de la comunidad.
Los autores subrayan que una gobernanza efectiva debe incluir una supervisión rigurosa, una participación local y sanciones aplicables en caso de incumplimiento, una idea descabellada para un país como Bolivia, que cuenta con un Índice de Percepción de la Corrupción de 29, el sexto peor en la región de América Latina.
Foto a través de Shutterstock
Recibe noticias exclusivas 30 minutos antes que otros traders
La prueba gratuita de 14 días de Benzinga Pro te brinda acceso a noticias exclusivas para que puedas realizar transacciones antes que millones de otros inversores. Comienza tu prueba gratuita de 14 días haciendo CLIC AQUÍ.
Para más actualizaciones sobre este tema, activa las notificaciones de Benzinga España o síguenos en nuestras redes sociales: X y Facebook.